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Achtung! Llega una de las Ventas Privadas más exclusivas de nuestra historia, y como no podía ser de otra forma, solo está a disposición de nuestros socios premium. [break]
El protagonismo en esta ocasión es para uno de los grandes champagnes del mundo: Dom Pérignon. Pero ojo, porque no se trata de una añada cualquiera. Hablamos de la 2006, que está próxima a alcanzar su segunda plenitud, y además con un diseño creado por uno de los artistas contemporáneos más demandados de Europa: Michael Riedel.
Un par de aspectos os ayudarán a entender perfectamente la exclusividad de esta edición limitada: tenemos menos de 100 botellas disponibles de este espumoso premium con 96 puntos Parker, y durante los próximos días lo podréis conseguir con un 10% de descuento sobre su precio habitual. Si buscabais una ocasión especial para llevaros a casa todo un Dom Pérignon, este es seguramente el momento más indicado.
Entre las ventajas de dedicarse al mundo del vino está la de poder catar auténticas maravillas como estas. Por eso os podemos hablar en primera persona de este vino, que recientemente disfrutamos, y para el cual todos los adjetivos se quedarían cortos.
En primer lugar, nos gustaría destacar su intensidad en nariz, con un marcadísimo abanico de aromas tostados, herbáceos, especiados y de manzana asada. Pero lo mejor llega sin duda al llevárselo a la boca, donde la finura y el recorrido de este champagne es absolutamente espectacular, sólo a la altura de los más grandes.
La experiencia de degustar un espumoso de estas características bien compensa su precio. Además, como os indicábamos al comienzo de estas líneas, se trata de un champagne que en los próximos años se convertirá a buen seguro en uno de los grandes P2 de la casa, la gama más exclusiva de Dom Pérignon. Esta situación hace que estemos ante una magnífica oportunidad de tener un vino llamado a convertirse en apenas 3 o 4 años en uno de los mejores de esta mítica maison. Una inversión para los más inteligentes y un deleite para nuestras papilas gustativas que recomendamos descorchar en momentos memorables.
La Abadía de Hautvillers es el lugar donde Dom Pierre Pérignon dedicó 47 años de su vida a inventar y perfeccionar las técnicas que le llevarían a crear un vino cuya reputación no tiene parangón.
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