Altos del Terral

Altos del Terral es una bodega pequeña, humilde en números pero muy ambiciosa en cuanto a calidad. Un descubrimiento para riberistas que promete alegrías gracias a su afán de superación. [break]

Aunque fundada oficialmente hace apenas 10 años, la historia de Altos del Terral comenzó antes, en 1996, cuando Paco Casas, alma mater del proyecto, terminó sus estudios de enología en Burdeos y llegó a Ribera del Duero. Desde entonces han pasado 22 años, el mismo tiempo que lleva elaborando vinos en la región, lo que lo convierte en uno de los grandes conocedores de la zona.

Paco combina actualmente su labor al frente de Altos del Terral, convertido en su proyecto más personal, con su trabajo como enólogo en una de las bodegas más prestigiosas de la D.O., Pago de los Capellanes, donde es responsable de algunos de sus grandes éxitos. “Te tienes que multiplicar un poco, aunque afortunadamente cuento con la ayuda de la también enóloga Isabel Palomar, que gestiona la parte administrativa de la bodega y lleva el peso diario especialmente en época de vendimia”, nos cuenta cuando le preguntamos cómo consigue combinar ambos trabajos.

Este elaborador, que reconoce sentirse un enamorado de los vinos borgoñones, trata de trasladar la elegancia de los tintos de esa región francesa a sus vinos, aunque empleando para ello un terruño y una variedad muy diferentes. “La clave está en la dedicación a la viña, por eso intento cuidarla al máximo, limitando rendimientos, buscando el momento óptimo para vendimiar y no extrayendo demasiado tanino en bodega”, dice Casas.

Para conseguirlo es importante también contar con la mejor materia prima. Paco Casas es propietario de un par de hectáreas de viñedo de muy alta calidad. “Siempre me había gustado especialmente la zona de La Horra, por eso en 2008, cuando tuve la oportunidad de comprar un viña vieja situada allí en la que siempre me había fijado, lo hice”.

Paco reconoce que su objetivo es no pasar en ningún momento de las 50.000 botellas producidas para mantener el estándar de calidad en sus vinos. Calidad que se puede comprobar en su Altos del Terral Crianza y en su T1, los dos vinos que os proponemos conocer. “El Crianza procede de una parcela más joven y tiene menos crianza que el T1, que tiene un tiempo de permanencia en barrica similar a un Reserva, además utilizamos exclusivamente madera nueva, mientras que para el Crianza es seminueva”, argumenta.

Nosotros los hemos probado y estamos seguros que gustará a los grandes aficionados de los tintos de la zona. Son vinos con mucha fruta negra en nariz, potentes, voluptuosos, con un tanino presente aunque nada agresivo y a los que no les falta potencia en boca. Elegancia no exenta de rotundidad. 100% Ribera style.