Alonso del Yerro

Extraordinarios tintos que sólo salen a la venta cuando han reposado en botella un tiempo más que prolongado y están perfectos para ser degustados. [break]

Alonso del Yerro, la unión entre Javier Alonso y María del Yerro, es una bodega con solamente dos décadas de vida, y ya es una de las más seguidas y aclamadas por los aficionados porque aúna, como pocas pueden soñar, a un público heterogéneo y numeroso. 

En poco tiempo ha conseguido asentarse en un mercado como el del vino, muy complicado por la gran competencia existente y por las fluctuaciones en el gusto de los consumidores. Paso a paso han ido consolidando las posiciones y creando un aura a su alrededor de grandes vinos que nunca defraudan ni levantan controversias. 

Ahora llegamos con el lanzamiento de la nueva añada de Maria, una de las joyas más buscadas por los amantes de la bodega, de Ribera del Duero y del vino español en general. Y con las últimas gotas del sensacional Alonso del Yerro 2019 que nos deja para siempre. Con el primero recomendamos una cata vertical con las pocas unidades que quedan de María 2019, otra maravilla, y con el segundo te recomendamos que corras, porque tamaña suavidad, plenitud y poderío son difíciles de encontrar en una sóla botella en esta zona. 

Si los vinos de Alonso del Yerro son algunos de los riberas mejor valorados por nuestros clientes, por algo será. Cada vez que asoman por nuestro catálogo se posicionan muy arriba en nuestra sección de "Más vendidos". Son amados porque reflejan que la Ribera del Duero clásica y de extrema calidad existe para todos y que pueden beberse vinazos como estos más de una vez al año.

En nuestro equipo también encantan, y el hecho de que sólo estén disponibles cuando se encuentran en uno de sus mejores momentos, una vez que han descansado en botella y se han afinado totalmente, los convierten en cremita. Pero si los quieres guardar en buenas condiciones durante más tiempo, tranquilidad, que aguantarán perfectamente evolucionando majestuosamente todos los meses u años que sean menester. 

Luis Gutiérrez los definió a la perfección en una reseña enThe Wine Advocate diciendo que son “elegancia, equilibrio e integración de la madera”. Junto a un lechazo o cualquier asado de cordero, cabrito o cochinillo, te sentirás en el séptimo cielo.