García de Aranda

En estos 48 años de existencia, García de Aranda ha sido una de las bodegas partícipes en la creación de la D.O. Ribera del Duero en 1982. Actualmente, su producción se centra en satisfacer los gustos de los amantes del vino de toda la vida pero también la de los más jóvenes. Así, producen tintos de la Ribera y blancos de Rueda sin discriminaciones ni prejuicios.

Para ello, se basan en dos objetivos: la calidad del producto y la combinación de tradición y nuevas tecnologías. En este sentido cuentan con técnicas innovadoras, como un laboratorio en el que analizan todo el proceso de “maduración” del vino y depósitos de hormigón recubiertos con resina de epoxi, que aísla totalmente el vino de cambios de temperatura y desagradables sorpresas durante su elaboración.

Los viñedos

El objetivo de García de Aranda es elaborar un vino que encuadre con la filosofía de la bodega, en la que consideran que un buen vino se consigue trabajando el campo de manera controlada. Para ello, alternan el trabajo en sus propios viñedos con el de otros viticultores con propiedades más añejas que cuentan con la total confianza de García de Aranda, pues han trabajado con ellos desde el comienzo de sus actividades.

Con la suma de ambos tipos de viñedos consiguen elaborar al año más de un millón de kilogramos de uva, lo que se traduce en 800.000 botellas de vino. Asimismo, están presentes en una decena de países europeos y americanos, y las últimas puntuaciones de The Wine Advocate, muy positivas para esta bodega, han sido el espaldarazo necesario para adentrarse en el gran mercado estadounidense.