Finca las Caraballas es un proyecto de viticultura y elaboración de vinos sostenibles iniciado en el año 2005 por el riojano Elias Redondo González. [break]
Este elaborador, un auténtico amante de la naturaleza, quedó prendado de las singularidades de la Finca las Caraballas por su situación, por su belleza, por las vistas que ofrece y por la gran masa forestal que la rodea.
Tras meses de trabajo para dotar a este terreno de 140 hectáreas de la estructura necesaria para la obtención de vinos, la primera plantación de vitis vinífera se realizó en el año 2007, época en la que ya se comenzó a vislumbrar una perfecta convencia entre la fauna y la flora de la zona, con insectos y pequeños mamíferos que crean actualmente un ecosistema que colabora en la prevención de plagas de insectos y topillos.
Se introdujeron también más de 20 cajas nido por toda la finca para facilitar la cría y desarrollo de cernícalos y el Centro de Recuperación de Aves de Valladolid proporcionó las primeras lechuzas que también anidarían en las cajas y en las ramas de los pinos que conforman la extensa masa forestal de la finca.
La primera añada de Verdejo dio lugar a un vino puro y fresco, con un equilibrio y una estructura excepcionales. Ese fue el primero de una línea de vinos que nacen desde la cepa, de una tierra viva y un ecosistema equilibrado recuperado tras años de esfuerzo.
Actualmente el viñedo de Finca Las Caraballas, situado en la comarca de Tierra de Pinares, en Medina del Campo, ocupa 60 hectáreas que siguen dando unos vinos con carácter, que son el fiel reflejo de la tierra que los alimenta.
La densidad de plantación es de 3.700 cepas por hectárea, y todas las viñas están plantadas en espaldera, con unas dimensiones que permiten una adecuada altura de vegetación libre, lo que proporciona una gran superficie de exposición foliar, apropiada para alcanzar una maduración óptima y equilibrada de la uva.
El estrés hídrico de la planta se controla mediante un moderno equipo de fertirrigación, y el suelo se somete a un manejo mediante el uso de cubiertas vegetales y la aplicación mínima del laboreo necesario para la descompactación del suelo. Todo ello, sumado al uso de levaduras indígenas, hacen de los vinos de esta casa productos cien por cien sostenibles.