Diwald

La bodega está asentada en el pueblo de Grossriedenthal, en medio de un campo repleto de animales, insectos y naturaleza llena de vida. Desde 1976 la agricultura ecológica ha sido la base de la bodega y la vinificación biodinámica desde 2023. Allí están creando vinos que hablan del origen y de la historia de la familia. Vinos honestos, plenos de autenticidad. 

Todo comenzó con los padres de los actuales propietarios, Hans y Ulli Diwald, que hicieron el trabajo preliminar convirtiendo los viñedos a la agricultura orgánica mucho antes de que lo orgánico se pusiera de moda. Hoy en día son considerados como los fundadores de la viticultura biológica austriaca y pioneros de un movimiento indispensable. Los viñedos de Diwald siempre han sido trabajados en ecológico y en 2023 la bodega se convirtió en miembro de Respekt Biodyn y cultivan según los principios de la biodinámica.

Diwald cuenta con viñedos espectaculares y bellos destacando los de Goldberg y Eisenhut, clasificados como Erste Lagen según los criterios de la clasificación ÖTW. En ambos se dan suelos de loess calcáreo procedentes de las suaves colinas de la zona de Wagram. Su carácter único se manifiesta en vinos inconfundibles, lineales y de larga crianza: matizados, únicos y fieles a su procedencia. Elegantes y ligeros, complejos y divertidos. 

En las viñas y en su subsuelo se da una gran diversidad de especies de fauna y flora. Hay una gran vida bulliciosa debajo y alrededor de las cepas. Se pueden encontrar plantas, insectos y especies animales raras que sienten el viñedo como su hábitat. Algunos de ellos como el abejaruco, la abubilla y el mochuelo, aparecen en algunas de las etiquetas de los vinos. Las ovejas de la propiedad pasan todo el año en los viñedos y ayudan cortando el césped de manera natural, proporcionando abono que da vida a los suelos. Todo está interconectado, las uvas sanas son fruto de vides y suelos sanos.

Las uvas emblema de la casa son la Grüner veltliner y la Riesling, aunque también se emplean variedades raras como Frühroter veltliner y Furmint, así como la fresca y afrutada Zweigelt. Con ellas elaboran blancos, tintos y hasta espumosos brut. 

El trabajo en la bodega sirve para mantener la calidad ya presente en las uvas gracias a la limpieza del viñedo. Se vendimia a mano, y las fermentaciones se hacen con levadura ambiental natural. Todo lo demás es tranquilidad, honestidad y dejar que la uva se exprese en la copa. Sin ningún maquillaje. Se sigue un enfoque positivo y minimalista en la elaboración del vino: los blancos se clarifican con bentonita, se filtran suavemente y reciben una mínima cantidad de azufre, nunca antes de la fermentación, sólo una pequeña cantidad (10- 30 ppm) en Año Nuevo y antes del embotellado. Los tintos reciben algo y se filtran periódicamente. En cuanto a los recipientes, se emplean depósitos de acero inoxidable y barricas de madera (acacia y roble) y algo de gres, muy atípico. Todos los vinos pasan un período relativamente largo sobre las lías y, por lo tanto, necesitan un poco de tiempo y aire después de abrirse para mostrar todo su perfil de sabor.