Descripción

Elaborado en la bodega que Marqués de Riscal tiene en Rueda, este monoverietal de Verdejo emerge como una extraordinaria muestra del potencia de esta uva. A partir de cepas del Pago del Montico y con un período de crianza en lías, el resultado es un blanco untuoso, con gran intensidad aromática y una óptima acidez. Tiene certificación orgánica y es apto para veganos.

Ficha técnica

La bodega
Tipo
Blanco
Añada
2022
Grado
13.0% vol.
Variedad
100% Verdejo
Origen
Rueda

Cata

Vista
De color amarillo verdoso.
Nariz
Expresiva y aromática. Exhibe notas de hinojo, de finas hierbas, de flores blancas, de pera y de melocotón.
Boca
Grasa, fresca, muy untuosa y con un final largo y redondo.
Temperatura de servicio
Se recomienda servir entre 9 y 12 ºC.
Consumo
Hasta 2024 si se conserva en óptimas condiciones.
Maridaje
Ideal con pescados, mariscos, carnes blancas, jamón, pasta, pollo y carnes frías.

Viñedo y elaboración

Nombre
Pago del Montico.
Descripción
Procedente de viñas certificadas como ecológicas y plantadas en vaso en las terrazas altas del río Duero.
Edad
Más de 40 años.
Suelo
Cascajoso, pobre y de cantos rodados.
Clima
Una vez iniciado el ciclo vegetativo, los meses de mayo, junio y julio fueron muy secos y en agosto tuvieron lugar dos episodios de lluvia (uno de ellos con la vendimia ya iniciada) que favorecieron el rendimiento y la adecuada maduración de la uva. Desde mayo a agosto se registraron temperaturas medias mensuales superiores a lo normal, con varias olas de calor. Estas condiciones meteorológicas provocaron que la vendimia comenzara antes de lo habitual así como un óptimo estado sanitario durante todo el ciclo y en la entrada de la uva en bodega.
Cosecha
Vendimia manual en cajas de 20 kilogramos.
Vinificación
A su llegada a la bodega la uva se enfría en cámaras antes de realizar un doble proceso de selección manual. A continuación, la uva entera (despalillada) se prensa ligeramente en atmósfera inerte para obtener un mosto flor de altísima calidad. Después el mosto se decanta ligeramente y se envía a fermentar solo con presencia de levaduras autóctonas.
Envejecimiento
Al finalizar la fermentación y tras un primer trasiego, el vino permanece en contacto con sus lías finas, durante al menos cuatro meses. Estas lías o restos de levaduras inertes, se ponen en suspensión mediante nitrógeno, al menos una vez por semana. Este tipo de crianza sobre lías finas, facilita la liberación de una serie de compuestos que aumentan el cuerpo, la untuosidad y la complejidad del vino, además de mejorar su estabilidad aromática durante su permanencia en botella.