Álvaro Palacios

Vivimos tiempos de recogimiento, de meditación e introspección. Tiempos en los que a veces la única compañía es un simple sorbo que nos calme y nos reconforte al final del día. [break]

Ante momentos convulsos, nada como vinos que sepan estar a la altura de los acontecimientos. Vinos graves, serios, rigurosos, que consigan aplacar nuestro desconcierto. Y quien mejor sabe hacerlos es Álvaro Palacios, el genio que puede convertir cualquier temor en una esperanza, que es lo que todos andamos buscando. 

En la cocina, en la mesa o en el balcón. No hay mejor lugar para disfrutar de los grandes vinos de Álvaro Palacios que el hogar. Y ahora que andamos cada uno en nuestro nido, cualquiera de las cuatro propuestas que os traemos de este riojano que cambió para siempre la historia de una recóndita región tarraconense llamada Priorat es una invitación al optimismo.

A estas alturas, huelga decir que Camins del Priorat, Les Terrasses, Gratallops o Finca Dofí son palabras mayores en el mundo del vino español. Hablamos de vinos que no necesitan presentación. Todos ampliamente avalados por la crítica, como reflejan los 94 puntos Suckling del más asequible de ellos, o los 95-97 Parker de Finca Dofí, otro vino que nace donde la fuerte inclinación de las laderas de esta dura y mística región catalana parecen hacerlo imposible.

Llevarse a la boca uno de estos elixires nos recordará en cada sorbo que, pese a las dificultades que siempre aparecen en el camino, no hay nada imposible de superar. Álvaro y otros pocos pioneros demostraron en la década de los ochenta del siglo pasado que se puede convertir una región abandonada, lejos de todo desarrollo y progreso y condenada al olvido por sus malas comunicaciones, en uno de los más importantes lugares de culto de la viticultura mundial. Si esto lo consiguieron unos pocos locos del vino, ¿qué no podremos conseguir todos juntos?