Agás do Tempo

Su hijo, Manuel Freijido, continuó con la labor cultivando la viña de su padre y elaborando sus vinos en la casa familiar, situada en pleno Barrio Judío de Ribadavia. Tras su muerte, su hermano Jesús heredó el viñedo que tanto orgullo le daba, y hoy, es su nieto José Felicísimo Pereira, acompañado de su hijo Iván, quien mantiene vivo este legado. 

Felicísimo es la cuarta generación de viticultores en Finca la Cabrita. Sus viñas con más de 100 años de edad son la joya de la corona, aquello que más atesora y el pilar sobre el que se asienta todo el proyecto. Treixadura, Albariño, Loureiro para los blancos y Brancellao, Sousón o Caíño tinto para los tintos, entre otras, crecen sobre suelos graníticos, o de sábrego como le llaman allí.

Todo se trabaja manualmente, manteniendo viva la artesanía, y con el máximo respeto por el ambiente, el entorno y la tradición, tanto de la región como la familiar. Porque eso es lo que realmente importa. A pesar del tiempo y las personas, lo que perdura son nuestras obras y acciones.