Champagne Armand de Brignac

Claro que se nota. Ese trabajo lento y eficaz, lleno de sabiduría, desde el viñedo al embotellado y etiquetado se percibe en el resultado final con unos ‘champagnes’ extraordinarios. Y todo eso hay que agradecérselo a Jean-Jacques Cattier y a su hijo Alexandre. 

Padre e hijo son los artífices de que esta bodega dé lugar a algunos de los mejores champagnes del momento. Y es que esta familia lleva apegada a este terruño cultivando los viñedos desde hace más de 250 años. En sus 33 hectáreas de terreno podemos encontrar algunos de los crus más laureados de Champagne, en Rilly-la-Montagne, Chigny-les-Roses y Ludes. 

La bodega tiene como uno de sus pilares el cultivo sostenible y el cuidado del medioambiente, de ahí que haya conseguido el certificado de más alto rango que ofrece el gobierno francés, el HVE. 

Otra de sus características es que a la hora de elaborar sus champagnes solamente usan la porción superior, la más fresca de los cuvées, para conseguir el mejor champagne posible. Además, siempre emplean los vinos de tres añadas distintas para confeccionar sus espumosos. Esa fusión y la herencia de años, hace únicas sus creaciones. Además, todos estos vinos reposan un año en barricas de roble francés.