Emina Ribera

Emina cuenta también con un Museo, desarrollando un fuerte vínculo entre el respeto al medioambiente y el mundo del vino. Además, gracias a la generación propia de energías renovables (biomasa, fotovoltaica y solar térmica), este espacio es el primer centro integral de desarrollo sostenible del sector vinícola, produciendo más energía de la que consume en el proceso productivo; y la bodega cuenta también con un sistema que permite el aprovechamiento íntegro de la uva. 

El edificio de la bodega es de estilo tradicional teniendo como origen las antiguas construcciones romanas, con una construcción alrededor del Atrium central con claras influencias de Paladio. El edificio busca el equilibrio entre la forma y la funcionalidad, y su construcción destaca por la elegancia y la funcionalidad de las que se ha querido dotar a este centro.

Para poder elaborar los vinos de Emina la uva ha sido seleccionada de los mejores pagos que hay en el “triángulo de oro” del vino de la Ribera. El vino Emina procede de las fincas de Las Celadillas y del Coto de San Bernardo, Emina Prestigio de la Finca de Valdebaniego y para el vino de Pago, Emina Atio, la uva procede de El Horno.

La vendimia se realiza en su momento optimo y siempre a mano, produciéndose una selección de la uva en el propio campo, asegurándose la máxima calidad de las uvas que entran en la bodega.

La crianza de los vinos de Emina se realiza en las instalaciones de la bodega. En la nave de crianza hay 4.000 barricas (2.300 nuevas). Aproximadamente, el 70% de la barricas es de roble americano, mientras que el 30% restante es de roble francés. En total, la producción total de esta bodega es de aproximadamente 1.500.000 botellas al año, aunque tras las últimas ampliaciones, la bodega está preparada para procesar 2 millones de kilogramos de uva.