Château de Pibarnon

Y este terruño único es el secreto del éxito de los vinos de Château de Pibarnon. La conjunción de los suelos de piedra caliza y marga azul, similares a los de las mejores parcelas de Pomerol; la altitud a más de 300 metros sobre el nivel del mar a la que éstas están plantadas; y un microclima ideal hacen posible una Mourvèdre, variedad fetiche de la casa, absolutamente genial. 

Precisamente, la finca se fundó en la pasada década de los 50 alrededor de un viñedo de esta uva de tres hectáreas y media de superficie. Hoy la propiedad, desde 1978 en manos de la familia de Saint Victor, cuenta con un total de 50 hectáreas de las que nacen tanto su vino homónimo, coupage de Mourvèdre y Garnacha e insignia de la firma, su afamado rosé también de Mourvèdre y en esta ocasión Cinsault y un blanco mezcla de castas locales entre las que figuran la Clairette y la Bourboulenc. 

Además de su gama clásica que lleva elaborándose desde hace 40 años, Château de Pibarnon produce cuvées exclusivas como su segundo vino, Les Restanques, o el excepcional rosado de guarda Nuances criado en barricas de roble y tinajas de arcilla. 

Foto: © Serge Chapuis