Fuentes del Silencio

La bodega se ubica en el municipio de Herreros del Jamuz, cuya gran cantidad de reservas de agua inspiraron el nombre de la bodega. Sus instalaciones se encuentran en el centro de la localidad, en unas casas rehabilitadas para su uso vitícola. Además también disponen de otra bodega tradicional leonesa esculpida en la montaña ubicada junto a los viñedos, que se utiliza para catas y encuentros.

La comarca de Jamuz se encuentra al suroeste de León, próximo a la Sierra del Teleno, a una altitud entre los 800 y 900 metros sobre el nivel del mar. Es una zona con arraigo vitivinícola, en la que tradicionalmente los peregrinos del Camino de Santiago se proveían de vino.

Fuentes del Silencio dispone de 25 hectáreas de viñedo con variedades tintas como la Mencía, la Alicante bouschet, la Prieto picudo o la Gran negro; y blancas como la Palomino, la Doña Blanca o la Godello.

Respecto al clima, en esta zona predomina el continental seco con una gran amplitud térmica. Las precipitaciones son poco abundantes y las condiciones son de escasa humedad, todo ello unido a una de las exposiciones solares más altas de España y a la protección natural de los frentes que supone el Monte Teleno, lo que confiere a la zona unas características especiales.

Los viñedos se encuentran situados sobre sedimentos auríferos, puesto que lo que actualmente es un valle rodeado de viña antiguamente fue una gran explotación de oro en tiempos de los romanos. El suelo está formado por cuarcitas denominadas “rañas”. Por lo general, se trata de suelos francos, franco-arenosos y franco-limosos, con pH básico y tonos pardos.

En cuanto al viñedo, el verdadero protagonista de Fuentes del Silencio, llama la atención que las cepas crecen muy a ras del suelo, lo que hace necesaria la práctica conocida como “poda rastrera”, convirtiendo el trabajo en un verdadero acto de viticultura heroica. Además, muchas parcelas lindan con el monte o están literalmente dentro del bosque, en competencia con jaras y encinas.

Todo el viñedo está dividido en pequeñas parcelas centenarias y de nueva plantación, con partainjertos poco vigorosos y madera seleccionada de las propias cepas viejas, cuyos frutos se trabajan por separado una vez en la bodega. La producción se limita a un rendimiento de entre 1.500 y 2.000 kilogramos por hectárea con el fin de obtener la mejor expresión de las uvas.

Ya en bodega, la uva se pisa diariamente de manera cuidada, dejándola macerar el tiempo que los enólogos estiman necesario, en ocasiones durante meses. Tras el prensado, los vinos pasan a barricas de 225, 300 y 500 litros. La madera es mayoritariamente vieja con tostados ligeros y grano fino para reducir su impacto. Además, siguiendo la filosofía experimental de la bodega, se ha empezado a utilizar hormigón, sin descartar el uso de otro materiales como las ánforas en el futuro.

El equipo de Fuentes del Silencio está compuesto por Marta Ramas y Miguel Fisac, los enólogos de la bodega, y Miguel Ángel Alonso y María José Galera, propietarios e impulsores de Fuentes del Silencio. El staff lo completan Alberto Aldonza, jefe de viñedo; José Villar y Pablo López, bodegueros; Ana Latorre, administradora; y Emiliana Pérez, cuidadora de las instalaciones.