Descripción

Mencía, Brancellao, Mouratón y Sousón son variedades autóctonas de la Ribeira Sacra que entregan a este vino todo la frescura del Valle del Bibei. Se trata de un tinto con mucha personalidad que, además, lleva un pequeño porcentaje de Garnacha tintorera. Se muestra atlántico, afrutado, mineral, herbáceo y con notas balsámicas de la tierra. Un tinto de guarda que se puede beber ya si se desea. 

Ficha técnica

La bodega
Tipo
Tinto
Añada
2018
Grado
13.5% vol.
Variedad
90% Mencía, 10% Brancellao, Mouratón, Sousón, Garnacha tintorera
Otros formatos disponibles:
Origen
Ribeira Sacra

Cata

Temperatura de servicio
Se recomienda servir a 16 ºC.
Consumo
Se recomienda abrir la botella un par de horas antes de su consumo para que se airee adecuadamente y afloren todos sus matices.
Maridaje
Legumbres, carnes rojas a la parrilla, carnes rojas asadas y caza menor.

Viñedo y elaboración

Descripción
Viñedos situados a una altitud entre los 300 y los 700 metros. Exposición predominantemente oeste. Sistema de conducción en espaldera y vaso. Entre 1.000 y 1.500 gramos por cepa.
Superficie
23 hectáreas.
Edad
Entre 22 y 100 años.
Suelo
Diferentes tipos entre los que destacan los de pizarra, arcilla y granito.
Clima
Atlántico. La añada 2017 fue terrible en cuanto a heladas y tormentas. Invierno extremadamente cálido que hizo que las uvas maduraran mucho antes y hubiera que adelantar mucho la vendimia.
Cosecha
Vendimia manual en cajas de 10 kilogramos.
Vinificación
Uva refrigerada durante 24 horas a 2 ºC. Selección manual racimo a racimo en viñedo y bodega. Los granos se despalillaron totalmente. Maceración prefermentativa de 2 días. Fermentación alcohólica en tanques troncocónicos de madera de 25, 35 y 45 hectolitros. Bazuqueos manuales. Descube manual. Maloláctica espontánea en barricas de 300 litros.
Envejecimiento
Crianza de 12 meses en barricas de roble francés de varios usos. El vino permaneció durante 10 meses en depósitos troncocónicos de roble de 45 hectolitros. Estabilizado con el frío del invierno.
Embotellado
Una vez embotellado, el vino permaneció descansando en el botellero durante 12 meses antes de salir al mercado.