Descripción

Excelente Albariño que se comporta como el acompañante perfecto de un buen arroz con mariscos o como aperitivo, ya que tiene suficiente volumen y frescor como para incitarnos a seguir bebiendo. Caracterizado por sus matices de frutas de hueso en nariz, es un vino untuoso, fresco y con un retrogusto persistente.

Ficha técnica

La bodega
Lagar de Cervera
Tipo
Blanco
Añada
2017
Grado
12.5% vol.
Subzona
O Rosal
Variedad
100% Albariño
Otros formatos disponibles:
Origen
Rías Baixas

Cata

Vista
Color amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante.
Nariz
Gran intensidad aromática, con matices de frutas de hueso como el melocotón, frutas blancas como la pera y manzana maduras y la fruta de membrillo y, además, un notable fondo cítrico de hoja de limonero.
Boca
Junto a su boca golosa disfrutamos de su amplitud y frescura, junto a una acidez muy bien integrada. Su retrogusto es muy frutal y de una gran persistencia.
Temperatura de servicio
Se recomienda servir entre 7 y 10ºC.
Maridaje
Perfecto para disfrutar con cualquier aperitivo. Ideal acompañante del marisco y del pescado, así como de ensaladas, arroces de pescado, aves, quesos frescos, etc. Idóneo en combinación con platos asiáticos como, por ejemplo, el sushi o el sashimi.

Viñedo y elaboración

Nombre
Viña Cervera (Seoane et Cervera), dans la sous-zone de O Rosal.
Descripción
Viñedos emparrados, con orientación sur y suroeste.
Superficie
60 hectares.
Edad
En torno a los 25 años.
Cosecha
La vendimia comenzó el 6 de septiembre. Tras la selección y recolección manual, los racimos se depositan en pequeñas cajas de 20 kilogramos que se transportan a bodega en transporte refrigerado.
Vinificación
Los mejores racimos, tras su paso por la mesa de selección y despalillado, se mantuvieron en maceración durante 10 horas. Posteriormente fueron suavemente prensados a 10ºC en una atmósfera inerte, evitando así oxidaciones. Tras su decantación, el mosto limpio realizó la fermentación alcohólica a una temperatura controlada de 15ºC. Tras la primera trasiega y hasta su embotellado, el vino se mantuvo en contacto con sus lías finas mediante bazuqueos periódicos, aportando así densidad y complejidad.