La Kika, Aurora y Conde de Aldama son tres de las líneas de generosos que Francisco Yuste soñaba con elaborar. Te las presentamos por primera vez en Venta Privada. [break]
Siempre quiso tener su propia bodega para contribuir a que los sanluqueños volvieran a recrearse con los mejores vinos que su tierra ofrece. Lo consiguió en 1989, cuando adquirió la primera de las tres bodeguitas con las que cuenta hoy Francisco Yuste en Sanlúcar de Barrameda.
Era una bodega pequeña pero muy antigua, de más de 150 años, ubicada en el Barrio Bajo de Sanlúcar. Fue su primer paso hacia el sueño que hasta ese momento había sido su motor: la manzanilla. La llamó La Kika, en honor a su madre, doña Caridad Brioso. Hoy está considerado el mejor de los vinos que elabora.
Su carácter lo marca su edad media de crianza, once años. Es una manzanilla al límite de lo que es capaz de dar de sí el velo de flor. Lo mismo sucede con el resto de vinos que llevan su sello. Para conseguir ese estilo siempre buscó las soleras más antiguas de Sanlúcar. Y así se encontró con las del Conde de Aldama, que hoy entregan un amontillado y un palo cortado de quitarse el sombrero.
Nuestro sumiller Adolfo asegura que ese amontillado Conde de Aldama es uno de los vinos más enormes que ha probado. Lo cató en rama en una visita a la bodega. Dice que no lo olvidará en la vida. Realmente es una joya que se saca de la bota a cuentagotas, prácticamente por encargo.
Igual que el amontillado, el palo cortado Conde de Aldama también se cría en soleras centenarias que reposan en la bodega Los Ángeles, adquirida por Francisco Yuste en 2011. Hoy en día, estos vinos están considerados los generosos más antiguos del mundo, con una crianza media de un siglo. Ahí es nada.
En la misma bodega Los Ángeles se cría la manzanilla Aurora, premiada con una medalla de oro en el último International Wine Challenge como uno de los mejores generosos del Marco de Jerez. A la gama Aurora pertenecen también el amontillado, oloroso y Pedro Ximénez que encontrarás en esta Venta Privada.
La manzanilla Aurora es una de las señas de identidad de Sanlúcar, una marca histórica que se ha convertido en emblema de la bodega de Francisco Yuste. Debe su nombre a la esposa del fundador de bodegas Pedro Romero, recientemente adquirida por Yuste, pero también a la esposa, hija y nieta de Francisco Yuste. Al final, todo queda en casa.
Con Aurora, Francisco Yuste parece cerrar el círculo de una pasión cultivada durante toda una vida, de la que hoy recoge grandes frutos, tanto por parte de un público que admira sus vinos, como por parte de la crítica que avala sus propuestas de vinos limpios, verticales, capaces de hechizar el corazón de quien los prueba.