Veuve Clicquot Ponsardin

La Navidad llama a la puerta y es el momento de ir enfriando el champagne. Para que nada falle en estas fechas, lo mejor es recurrir a una bodega tan experimentada como Veuve Clicquot. [break]

Esta ‘maison’ de Reims, célebre por la trágica historia de su fundadora, no ha quedado anquilosada en el tiempo, y así lo reflejan sus creaciones más recientes. Entre ellas encontramos su Veuve Clicquot Rich, que se suma a champagnes tan conocidos como su Yellow Label o su Rosé, muy apropiados para estos días de celebración.

El espíritu reformador de Veuve Clicquot no es nuevo. De hecho, la famosa “viuda de Clicquot”, Barbe Nicole Posardín, ya daba muestras de ese carácter. Con solo 27 años, esta pionera decidió seleccionar personalmente los mejores viñedos de la zona para la obtención de sus espumosos y diseñar la primera mesa de removido, toda una revolución para la época.

El Veuve Clicquot Rich rinde homenaje a ese espíritu renovador. Se trata de un espumoso con mayor proporción de azúcar de lo habitual, que está recomendado para ser disfrutado con un poquito de hielo. ¿Os parece una locura? Pues no lo es tanto, ya que para Dominique Demarville, chef de cave de la ‘maison’, “el azúcar en el champagne puede extraer aromas específicos y jugar con el sabor”. Estamos por tanto ante un champagne con interesantes posibilidades, que se puede tomar como ingrediente de un cóctel o solo, acompañando aperitivos.

Pero que no se asusten los más puristas, porque también tenemos disponibles los champagnes más tradicionales y exitosos de Veuve Clicquot, como su Yellow Label o su sugerente Rosé, conservado durante un mínimo de 30 meses en bodega para que cuando llegue a nuestros labios pueda entregarnos toda su chispa.

Y para poner el broche con un punto de exclusividad, nada como La Grande Dame 2006, un millesimé con altísimas puntuaciones que procede del ensamblaje de 8 viñedos catalogados como Grand Cru, la más exclusiva calificación para un viñedo de la Champaña. Puro lujo para estas fiestas.