Schieferkopf es el sello de los vinos alsacianos de Chapoutier. Unos vinos que reclaman paciencia, a sabiendas de que el tiempo hará con ellos algo extraordinario. [break]
¿Acaso unas añadas 2010 y 2012 pueden ser consideradas antiguas? Jamás para estos vinos. El potencial de las uvas alsacianas en manos de un elaborador como Michel Chapoutier hacen que hoy estos blancos se encuentren en un momento espléndido de disfrute.
Esto, unido a las buenas valoraciones de nuestros socios, nos anima a volver a presentarte estos vinos de nombre casi impronunciable, a los que el reposo en botella les sienta fenomenal. Se redondean y maduran para entregar lo mejor de ellos mismos con los años. Ofrecen mil matices en los que adentrarse. Se vuelven complejos, sin perder la frescura que vertebra toda su estructura de principio a fin.
Son vinos que encierran en sí mismos el misterio del lugar de donde proceden: un paraíso vinícola entre la llanura del Rin y la cordillera de los Vosgos. Un lugar de enorme diversidad de suelos que entrega algunas de las mejores versiones francesas de la Riesling.
El mosaico de suelos compuestos de granito, esquistos, caliza, gneiss y arenisca hacen que estos vinos de Alsacia sean únicos por su mineralidad. Esto, unido a un clima especialmente seco y cálido en verano, pero frío en invierno, hacen posible que la uvas de Riesling sinteticen sus aromas como en ningún otro lugar del país.
Y es que, si por algo se caracteriza esta región del nordeste francés es por la barrera climática que supone la cordillera de los Vosgos, lo que hace de Alsacia una de las zonas con menos precipitaciones de toda Francia. Este determinante climático diferencia estos vinos de los del Bajo Rin alemán.
Todas estas particularidades convencieron a Michel Chapoutier para poner en marcha Domaine Schieferkopf, un proyecto que nació junto a cuatro amigos más con la convicción de dejar que el terruño se expresase por sí mismo. Los preceptos eran elaborar vinos minerales, sin azúcar residual y con bajo nivel de sulfitos añadidos.
El afán de Chapoutier siempre es el de producir vinos a partir del cultivo orgánico y biodinámico del viñedo. Para él, la mineralidad solo existe cuando el suelo está vivo y es capaz de transmitir esa vida a la planta y al fruto. Esta es su manera de trabajar, que también traslada a sus parcelas alsacianas ubicadas en el pequeño pueblo de Bernardvillé.
Los parcelas Fels, Berg y Buehl conforman las cinco hectáreas de viñedo de donde proceden los vinos que te presentamos en esta Venta Privada. Una pequeña extensión de terreno donde se aprecia la diversidad del suelo: desde el granito en superficie de Fels, hasta el cuarzo de Buelh. El resultado no podía ser otro que un vino por cada una de las parcelas. Esperamos que los disfrutes tanto como nosotros.
En el año 2009, el célebre vigneron del Ródano Michel Chapoutier, creador de uno de los vinos más top de Francia, L'Ermitage, se instaló en Alsacia con la ambición de crear grandes rieslings.