Roda + La Horra + Aubocassa

Haro, Burgos y Mallorca son tres lugares que te proponemos redescubrir con esta propuesta conjunta de tempranillos de Rioja y Ribera del Duero, junto a un aceite de oliva virgen extra. [break]

El matrimonio fundador de la bodega riojana Roda, Mario Rotllant y Carmen Daurella, querían dar un paso más y ampliar sus horizontes con la Tempranillo. Así fue como dieron el paso de crear una nueva bodega en La Horra (Burgos).

Tres líneas marcaron este nuevo proyecto: evitar la madera excesiva, la sobreextracción y la sobremaduración. Querían ofrecer una manera más "transparente" de beberse el paisaje de la Ribera del Duero. ¡Y vaya si lo han conseguido!

Hoy sus vinos Corimbo 2013 y Corimbo I 2011 están avalados con buenas puntuaciones por parte de la crítica, con 94 puntos Suckling y 92 Parker. Además, Corimbo I 2011 cuenta ya con 4,3 estrellas sobre 5 en las valoraciones por parte de nuestros socios, lo que confirma que si te decides por él, será éxito garantizado en tu mesa.

Con este proyecto en Burgos, Rotllant y Daurella continúan un camino de vinos de prestigio iniciado en Haro, al que contribuyeron premios como el Platinum Best In Show, otorgado a Corimbo l 2011, como el mejor vino tinto del mundo por encima de 15 libras elaborado con variedades españolas. 

En Roda elaboran tres tempranillos con pequeños aportes de Graciano. Son vinos modernos, dentro de las raíces vitivinícolas tradicionales con las que cuenta la bodega, ubicada sobre un calado centenario con 12 metros de profundidad robados a la roca. 

Hablamos de vinos con 91, 92 y 93 puntos Parker respectivamente para Sela 2013, Roda Reserva 2012 y Roda I 2009. Una prueba más de que cuentan con avales suficientes para que te los presentemos nuevamente junto a sus hermanos de la Ribera del Duero. Además, ahora te ofrecemos la posibilidad de adquirirlos en packs combinados. 

Junto a ellos, te traemos el aceite de oliva virgen extra mallorquín Aubocassa, que también elabora el matrimonio Rotllant-Daurella. La aceituna Arbequina es la protagonista principal, a la que acompaña una pequeña proporción de Picual mallorquín. El resultado es un aceite con un toque picante con notas frescas. 

Este es uno de esos aceites que transportan y evocan puro Mediterráneo. Igual que los vinos de Roda y La Horra, es una excelente manera de redescubrir lugares ya conocidos desde otro punto de vista, el de un matrimonio que sin una tradición centenaria detrás ha sabido consolidar su propuesta de vinos que triunfan.