Rafael Cambra, vigneron en Fontanars dels Alforins, nos dejó una frase en su vídeo para Club Vignerons: las uvas son como un diamante en bruto. Hay que darles forma, pulirlas, pero en ningún caso modificarlas. [break]
Los expertos dicen que los diamantes en bruto, sin importar su tamaño, pueden pasar por un vulgar trozo de vidrio opaco. Para resaltar su fulgor deben tallarse y pulirse con gran precisión, una tarea que requiere mucha destreza y paciencia.
Es un buen símil el de Rafa Cambra. Su destreza y su paciencia nos entrega unas auténticas “joyitas valencianas” que por segundo año consecutivo han deslumbrado a Luis Gutiérrez en su cata para Parker. No es un pelotazo pasajero, definitivamente no. Las nuevas puntuaciones refrendan que el proyecto de Rafa ha entrado, sin atajos, en la ruta del éxito.
Nos permitimos llamarle Rafa a secas porque nuestra relación viene de lejos. Hemos vivido de cerca su evolución desde ese lejano año 2013 cuando lo conocimos y nos hemos ido entusiasmado con sus nuevos vinos como niños con juguetes nuevos. Desde aquella primera añada 2012 de UNO que presentamos en la primera caja de nuestro Club Vignerons, pasando por el increíble superventas Soplo, el famoso estreno de la Forcallà de Antonia que se agotó en un par de horas, hasta llegar a los dos nuevos vinos que profundizan en las variedades minoritarias Forcallat, Arco, Bonicaire y Rojal: Casa Labor y Casa Boscá.
La progresión de Rafa Cambra en los últimos años ha sido impresionante. Con la recuperación de variedades autóctonas casi desconocidas y el empeño personal en hacer vinos cada vez más finos y con menos extracción, se autodefine como "un elaborador de vinos de Mediterráneo fresco". UNO 2015 con sus 93 puntos Parker a menos de 10 euros se posiciona además como un buen embajador de este estilo. Un tinto que pone a Fontanars dels Alforins en lo más alto. Para que conozcáis mejor al hombre detrás de estos vinos lo hemos vuelto a entrevistar en nuestro Magazine Vignerons. No hay que perderle de vista.
Rafa Cambra es un pequeño productor de Fontanars dels Alforins, enclave pequeño (800 habitantes) peculiar por su ubicación, al suroeste de Valencia, en el límite entre cuatro provincias.