Pago los Balancines

Puede que este sea el vino con el que la bodega haya afinado más su estilo. La máxima expresión de calidad de su terruño en un pequeño pueblo extremeño. Así es Haragán 2014. [break]

Pago los Balancines es una de esas bodegas que más intensamente están contribuyendo a situar Extremadura en el mapa de los grandes vinos de España. Con Haragán 2014 consolida su trayectoria como punta de lanza de una región por descubrir.

La principal novedad que encontrarás en esta Venta Privada está en el último vino que la bodega ha sacado al mercado. Está elaborado con la uva insigne de la bodega, Garnacha tintorera, y con Tinta roriz, la Tempranillo portuguesa, que ya estaba plantada cuando Pedro Mercado, su enólogo y propietario, llegó a Extremadura para elaborar vinos.

No es de extrañar que esta variedad se encontrase en la finca de los Balancines, debido a las similitudes de su terruño con zonas del Alentejo portugués, donde esta uva es autóctona. Si a esto le sumamos el hecho de que en la década de los años sesenta y setenta los agricultores extremeños se abastecían de viveros del país vecino, pareciera que la bodega estaba predestinada a encontrar en esas cepas lo que Pedro Mercado considera "la máxima expresión de su viña".

Es difícil precisar la edad de estas cepas, pero lo que está claro es que hay puntos en común entre Portugal y la finca de Pago los Balancines, en Oliva de Mérida, por su altitud en torno a los 500 metros sobre el nivel del mar y por la influencia de los vientos atlánticos.

Para Pedro Mercado, el gran error en Castilla-La Mancha o Extremadura fue plantar tempranillos procedentes del norte de España. "Allí las altitudes y el mayor frescor condicionan la maduración de un modo muy diferente al nuestro. Sin embargo, estos tempranillos de origen portugués llevan siglos cultivándose en nuestro clima y su adaptación es ejemplar", según nos ha explicado en una entrevista que puedes leer en nuestro magazine.