Michelini i Mufatto

La unión de los sonoros apellidos de una pareja de elaboradores argentinos da origen a lo más fresco y novedoso que podía llegar del Bierzo. [break]

Cuando alguien lejos de su latitud y de su zona de confort se enamora perdidamente de un lugar pueden ocurrir dos cosas: soñarlo una y otra vez con resignado anhelo o ponerse manos a la obra y lanzarse sin red, como ha ocurrido con Gerardo Michelini y Andrea Mufatto.

Al igual que los hijos, se dice que todo lo que se hace con gran amor solo puede traer cosas maravillosas. En el caso de Michelini y Mufatto, la sorpresa mayúscula ante el paisaje y las gentes de un desconocido Bierzo generó que este par de argentinos, con proyectos muy asentados y reconocidos en Mendoza, se decidieran a elaborar en nuestro país.

Todo empezó con una invitación de la familia Pérez, concretamente de Raúl Pérez y su sobrino César. Cuando llegaron allí se enamoraron irremediablemente de la increíble fuerza que genera el Bierzo para un amante del vino. Después de mucho buscar, pudieron comprar una viña y a partir de ese momento no se detuvieron y siguieron comprando pequeñas parcelas, especialmente en las zonas más frías del Bierzo.

A Gerardo Michelini no le era del todo desconocido España. Aquí vivió cuatro años y aquí nació su madre. Su gran desafío fue intentar hacer el mejor vino posible entendiendo el lugar a través de su propio aprendizaje. Argentina, y concretamente Tupungato, donde reside, es una zona con una climatología benévola, todo lo contrario al Bierzo, donde la alta humedad es un hándicap cuando se busca elaborar vino sin casi intervención.

Fermentaciones parciales y totales con raspón en grandes tinos, pisados, uso de ánforas y una clara orientación orgánica en todos sus vinos, se suman a la gran suerte de haber adquirido parcelas ideales con viñedos muy viejos. El buen hacer de esta pareja de elaboradores, sumado a su sensatez y a un claro sentido del lugar, los posiciona entre lo mejor que se puede encontrar ahora mismo en el Bierzo. Nosotros hemos caído rendidos a sus pies y esperamos que os pase lo mismo.