Excelentes puntuaciones Parker para estos vinos de Languedoc, con una calidad y a unos precios difíciles de encontrar en Francia, fueron motivos suficientes para compartir contigo este hallazgo. [break]
La primera añada de los vinos de la Pèira se lanzó al mercado hace apenas una década. Muy pronto llamaron la atención de la crítica, que desde un primer momento respaldó su propuesta alejada del rusticismo de otros vinos de la región.
Elegancia y frescura son dos palabras clave que definen el estilo de los vinos de la Pèira. Y es que hablamos de Terrasses du Larzac, uno de los terruños más singulares de Languedoc, considerado de los mejores crus de la región, entre las colinas de l'Hérault.
Por su suelo pedregoso y bien drenado, compuesto de calizas jurásicas, Terrasses du Larzac se ha comparado a menudo con Burdeos. Pero este es un terruño concreto de Languedoc, una región donde el clima obliga a disminuir el rendimiento de las plantas para obtener una alta calidad de las uvas.
Y así lo hicieron, reduciéndolo a la mitad del obtenido en la región bordelesa de media en sus mejores años. Este era el propósito de su fundador, el músico australiano afincado en Londres, Robert Dougan, que afrontó con determinación el reto de conseguir producciones excelentes sostenidas en el tiempo.
Algo más de una década después, la Pèira está considerada una de las bodegas míticas de la zona, por su regularidad y consistencia. Además, son vinos elaborados para que duren en el tiempo y agradezcan su estancia en botella. Algo que ha reconocido el catador de Robert Parker en la zona, Jeb Dunnuck, al otorgarle puntuaciones entre lo 90 y los 96 puntos a estos vinos.
Dos blancos y dos tintos elaborados con variedades autóctonas típicas del Languedoc como Syrah, Garnacha, Monastrell, Cariñena y Cinsault en cuanto a tintas, y Roussanne, Viognier, Marsanne, Garnacha blanca y Clairette. Todas ellas conforman los coupages de los cuatro vinos que te presentamos en esta Venta Privada.
Cuatro vinos que suponen una de las mejores maneras de acercarse a los vinos de esta bodega, una de las que más están apostando por sacarle brillo a esta región de Francia que cada vez nos depara más sorpresas de las que disfrutar mucho por muy poco.
La primera cosecha de la Pèira fue en el año 2005. Apenas cuatro años después, Financial Times reseñaba la elevada calidad que ofrecía el enlave de esta bodega en Languedoc-Roussillon.
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