Regresan los Riesling que os enamoraron el año pasado. Vinazos que sorprendieron tanto que se agotaron en un abrir y cerrar de ojos. ¡Nueva oportunidad! [break]
Existen vinos capaces de mostrar facetas, ángulos, vértices y diferentes caras de una misma uva. Vinos que sólo podían ser de una variedad, de un país y región en concreto: la Riesling alemana de Pfalz.
Así que cuando el Master of Wine alemán Konstantin Baum nos recomendó catar los vinos de Karl Schaefer, verdaderamente percibimos la extraordinaria capacidad que tiene la Riesling como variedad reflejo de un lugar. Vinos motivadores, que exigen interpretación, que nos hacen preguntarnos qué es eso que percibimos.
Desde sus básicos Riesling Feinherb 2018 (dulzor medio) y Riesling Troken (seco), ambos suaves y sutiles para dejarse llevar. No hacen falta motivos especiales para disfrutar de una Riesling equilibrada y fluida, que pone luminosidad a un día cualquiera.
En un peldaño más arriba, en la VDP Ortswein, lo que aquí serían conocidos como un vinos de pueblo, los Sonnentropfen. Dos Riesling maduras y clásicas de libro, rebosantes de limón y melocotón intensos, cuyo etiquetado antiguo nos lleva directamente al imaginario de la tradición del palatinado llena de pequeños símbolos.
Para los más incorformistas y en el escalón más alto, los nombres propios de privilegiadas parcelas que muestran las versiones más complejas y poderosas de la Riesling. Un excelente ejemplo de lo que puede dar de sí la variedad es Wachenheimer Gerümpel 2016, donde cada sorbo es una explosión de madurez y evolución. O Spielberg, donde la acidez vibrante se encuentra con la mineralidad concentrada y los aromas parecen elevarse.
Altísima calidad de matices representando la rica variedad de la pirámide germana y con precios de locura. Normal que os conquistaran, normal que repitamos esta suculenta Venta Privada.