Últimas gotas
¡Alerta, exploradores! Estrenamos uno de esos proyectos que nos encantan, basado en las pequeñas producciones y en una viticultura respetuosa con el medioambiente. [break]
Para ello nos vamos hasta el Bierzo, donde José Antonio García, un joven elaborador de 37 años, recaló hace aproximadamente una década tras toda una vida en Barcelona. Con este retorno a sus orígenes, José Antonio quiso poner en valor el mundo de los pequeños elaboradores, las producciones limitadas y los territorios apegados a sus minifundios.
Lo bueno de José Antonio es que no empezó de cero, pues su abuelo Santos García había sido un reconocido viticultor en Valtuille de Abajo tiempo atrás. Tras la muerte de Santos y unos cuantos años dedicado al mundo de la restauración, su nieto decidió reinventarse, cambiar de vida y recuperar la labor de su abuelo, y para ello se hizo cargo de las 75 parcelas familiares situadas tanto en el término de Valtuille como en el de Corullón.
Como en todo, las primeras vendimias no fueron fáciles, y la ayuda de los amigos se hizo crucial. José Antonio contó con el apoyo de Raúl Pérez, que le cedió sus instalaciones para vinificar hasta que el proyecto se fue haciendo más grande y voló con alas propias.
Según José Antonio, su éxito no tiene secretos, ya que se basa en una filosofía muy sencilla: menos es más. En su viñedo, que cuenta con una media de edad de entre 60 y 100 años, todo se hace con la mínima intervención, y aunque todavía no tiene sello ecológico oficial, todas las prácticas son orgánicas.
Algo similar sucede en su microbodega, donde por no tener no tiene ni máquina de frío. Todo es natural, con levaduras autóctonas y fermentaciones espontáneas. Es por eso que sus vinos escapan de los estilos más comerciales, buscando ante todo la autenticidad y la representación de un terruño concreto.
Unculín 2018 (91 Parker) es su mencía de entrada de gama, marcado por sus notas florales, especiadas y de fruta roja. Un tinto jovial, fresco y con buena acidez que contiene también una pequeña cantidad de uvas blancas locales que lo hacen más elegante y fino si cabe.
Por su parte, Aires de Vendimia 2017 (92 Parker) es un blanco bastante singular, procedente de un viñedo arcilloso y rico en materia orgánica, que expresa fielmente la mineralidad de los suelos de los que procede. Un godello afilado y directo como un cuchillo, del que se elaboran menos de 5.000 botellas por añada. Todo un hallazgo que promete contentar a todos y alegrarnos este verano.
José Antonio García es un joven elaborador que, tras vivir toda su vida en Barcelona, decidió volver al Bierzo y recuperar la tradición vinícola familiar que había comenzado su abuelo Santos.
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