Riesling inmortales con hasta 96 Parker y el 20% de dto.
Aquí y ahora. Solo en Bodeboca encontrarás la nueva añada de los mejores riesling del genial Stefan Steinmetz. Vinos de culto con una longevidad estratosférica y un único ‘pero’: su limitadísimo cupo que te hará correr para no quedarte sin ellos.[break]
Porque con sus blancos Günther Steinmetz no solo nos procura ese placer del descorche inmediato, sino que nos brinda la promesa futura de un disfrute a años vista, si es que decidimos cultivar la misma paciencia y perseverancia que la bodega alemana dedica a la uva estandarte del Mosela.
Hasta medio siglo,que se dice pronto, cifra el crítico de The Wine Advocate, Stephan Reinhardt, el potencial de guarda de los cuatro vinos de la añada 2019 que te presentamos en primicia y en exclusiva. Riesling inmortales, fruto de la alquimia de Steinmetz que, además del tiempo, son la expresión del sinuoso desfiladero del río Mosela del que proceden y de la pizarra, el cuarzo y el hierro en los que se arraigan sus viñedos con la pendiente más pronunciada de toda Europa, envueltos en densas nieblas matutinas y acariciados por el sol en las tardes.
Las mejores parcelas de la región, Brauneberger Juffer, Dhroner Hofberg o Wintricher Geierslay, son el origen de estas auténticas joyas enológicas. En esta ocasión, te traemos una completa representación con dos dulces auslese (blancos elaborados a partir de uvas botritizadas y que suelen ver la luz únicamente en las mejores añadas) y tres trocken o vinos secos, uno de ellos un magnífico bonus track cosecha 2016 que merece la pena rescatar para poder apreciar ya los primeros atisbos de una esplendorosa madurez.
Todos ellos, como no podía ser de otra manera, presumen de altas puntuaciones entre los 96 y 94 Parker y un precio de Venta Privada ajustadísimo, teniendo en cuenta su calidad fuera de serie. La excusa perfecta para darse un capricho y descubrir cómo se expresa la Riesling en los distintos microterruños de este enclave de ensueño.
Los orígenes de esta bodega fueron muy humildes, pero generación tras generación fue adquiriendo pequeñas parcelas en las localizaciones más prestigiosas del Mosel.