El corazón se acelera, las pupilas se dilatan y el vello se eriza. Hoy, los sentidos se exaltan con los tesoros de esta casa. [break]
Para quienes amamos los generosos cualquier momento es bueno para dejarse atrapar con lo más granado de Gracia Hermanos. Vinos que acariacian el corazón perfectos representantes de Montilla-Moriles.
Como en el Marco de Jerez, en este rincón de la provincia de Córdoba también elaboran siguiendo el sistema de criaderas y soleras pero con una diferencia: la uva empleada. En lugar de Palomino emplean la Pedro Ximénez, variedad que no tiene secretos para esta bodega fundada a finales de la década de los 50. Con ella cincelan verdaderas maravillas, forjadas de tiempo, pureza, carácter y sabiduría, como su Fino en Rama, sápido, gordo en boca y de eterno posgusto, o el impresionante Amontillado Tauromaquia.
Huelga decir que precisamente el amontillado es el vino por excelencia de esta denominación de origen y el que nos ocupa es particularmente especial. Se ha elaborado durante más de diez años en una de las soleras míticas de la casa. Sus apenas 3.000 botellas y la puntuación de 94 Parker convierten su adquisición en un pleno al 15.
Pero no te olvides del resto del porfolio porque vas a descubrir la esencia embotellada de la historia vinícola de Montilla-Moriles.
La bodega localizada en Montilla fue fundada en 1959 por el perito químico Don Francisco Gracia Naranjo. Desde entonces ha ido atesorando grandes soleras que ahora podemos disfrutar.