El corazón se acelera, las pupilas se dilatan y el vello se eriza. Hoy, los sentidos se exaltan con las joyas de esta casa mítica. [break]
Y es que para quienes amamos los generosos cualquier momento es bueno para dejarse embriagar, siempre con cabeza, con lo más granado de Gracia Hermanos. Vinos de una calidad impresionante que hacen florecer en tu copa la alegría, la vida y el pellizco del sur.
Como en el Marco de Jerez, en Montilla-Moriles también elaboran siguiendo el sistema de criaderas y soleras, pero con una diferencia: la uva empleada, en vez de la Palomino, es la Pedro Ximénez. Variedad que no tiene secretos para esta bodega fundada a finales de la década de los 50.
Con ella cincelan verdaderas maravillas, forjadas de tiempo, pureza, carácter y sabiduría, como su Fino en Rama, sápido, gordo en boca y de eterno posgusto, o el impresionante Amontillado Montearruit.
Huelga decir que precisamente el amontillado es el vino por excelencia de esta denominación andaluza, y el que nos ocupa es particularmente especial. Se ha elaborado con una saca única de una sola bota, es decir, se embotelló todo y cuando se agote, no volverá a existir. Sus apenas 1.000 botellas, la puntuación de 97 Parker y su edad (75 años) convierten su adquisición en una jugada maestra. Y no menos ganadora es la apuesta de hacerse con el resto de referencias que completan esta Venta Privada. Todos los triunfos están en tu mano.
La bodega localizada en Montilla fue fundada en 1959 por el perito químico Don Francisco Gracia Naranjo. Desde entonces ha ido atesorando grandes soleras que ahora podemos disfrutar.