Frontonio

Tras el éxito de su última Venta Privada y con las nuevas añadas, muy bien puntuadas, vuelven los vinos del Master of Wine que ha logrado que todos empecemos a tener un idilio apasionado con la Garnacha. [break]

Fernando Mora tiene a su favor dos circunstancias, que a pesar de ser diametralmente opuestas, lo convierten en un elaborador completo. Nos explicamos. No viene del vino y cuando se metió lo hizo tarde, por lo que no arrastra el pesado fardo de la tradición. Al mismo tiempo, es un Master of Wine, una certificación que muy pocos alcanzan y que lo sitúa en lo más alto del escalafón de especialistas en vino en todo el mundo.

Y precisamente, porque tiene lo mejor de ambos mundos, no ha dudado en rodearse y aprender de los mejores, sin competencias ni "divismos". Tampoco se lo pensó dos veces cuando empezó con sus vinos: a su manera y desde un discreto garaje y con la confianza del que nada tiene que perder por intentarlo.

Le ha salido francamente muy bien. Es un enorme molino de viento (guiño a su anterior profesión) que no para de generar aires frescos en el mundo del vino. Los críticos como Jancis Robinson y Luis Gutiérrez se han rendido a sus pies, a la vista de sus estratosféricas puntuaciones. Los más garnachistas ya nos hemos abandonado a los brazos de sus seductores vinos, todos ellos funcionan como piezas de coleccionista en las que descubrir y descifrar lo que pueden dar de sí las garnachas.

Eso sí, unas garnachas que la mayoría de la gente desconocía, porque ni están maquilladas bajo la paleta de la madera ni se dejan madurar hasta llegar a grados que por explosivos resultan cansinos. No señor. Aquí la Garnacha se muestra como una uva que es capaz de dar vinos fragantes, con mucha tensión y con unos encantadores matices, los que aportan la personalidad que necesita un vino para nunca ser olvidado. Con Supersónico 2016 lo vais a tener muy claro.