Que el Priorat es una de las regiones con más encanto del mundo es bien sabido. Poder sentirla en nuestro paladar es una experiencia inenarrable que solo logran brindarnos sus mejores vinos. Y los de Sergi Ferrer-Salat y Raül Bobet lo hacen. [break]
Ambos lideran uno de los proyectos que más respetan el entorno de esta comarca y que desde hace años ocupa un lugar especial en nuestros corazones. A partir de sus suelos, microclimas y variedades, el tándem Ferrer Bobet elabora vinos que son la pura esencia de su origen, y que no por casualidad ostentan 94, 95 o 96 puntos Parker.
En esta venta apuramos las últimas unidades de Ferrer Bobet 2017, un vino profundo y fresco al mismo tiempo, persistente pero amable, y elegante a la par que con mucho carácter. ¿Pura contradicción? No, puro Priorat.
Si subimos un peldaño (y es que si de algo saben en el Priorat es de subir) nos encontraremos con Ferrer Bobet Vinyes Velles,con 4,3 estrellas de media entre nuestra gente y 96 y 95 puntos Decanter y Parker en su haber, valoraciones que infunden mucho respeto. Aquí, otras variedades minoritarias de la zona como la Syrah o la Cabernet ceden el protagonismo a las verdaderas artífices de estos tesoros líquidos: la Garnacha y la Cariñena, las uvas por antonomasia de esta tierra, que cultivadas sobre suelos pizarrosos dan una inmensa complejidad mineral en la copa. Un auténtico vinazo que también te presentamos en formato magnum.
El tridente de lujo de Sergi y Raül lo completa su Selecció Especial, con la mítica etiqueta negra que a simple vista ya lo distingue del resto de las creaciones de la casa. Se trata de un tinto del que apenas se elaboran 3.000 botellas por añada, y algunas de las últimas podréis encontrarlas aquí tanto en 75 como en 150 cl.
En este tinto, la Cariñena toma el control para regalarnos un recuerdo que perdurará en nuestro recuerdo para siempre. Frescura y frutos maduros a raudales, cremosidad, toques especiados y, por supuesto, mineralidad. La de la llicorella que domina los suelos de esta comarca que en otros tiempos fue tan olvidada y, desde hace años es el olimpo de cualquier amante de esos vinos capaces de dejar una huella imborrable. Sí, Ferrer Bobet lo ha vuelto a hacer.
Ferrer Bobet nace de la pasión por la cultura del vino de dos viejos amigos, Sergi Ferrer-Salat y Raül Bobet, y de su firme compromiso con el desarrollo económico y social del Priorat.