“Busque, compare y si encuentra algo mejor, cómprelo”. Este conocido eslogan publicitario de los años 80 sirve para ilustrar lo que sentimos por esta bodega del Ródano. [break]
Hace unos meses catamos sus vinos y el veredicto fue unánime: impecables. Si no sabes por dónde empezar con el infinito mundo enológico de Francia, este es un buen punto de partida. Lo tiene todo: un proyectazo bajo la batuta de Chapoutier, elaboraciones precisas y precios imbatibles.
La primera referencia de Ferraton que probó quien te escribe fue Samorëns, su entrada de gama. ¿La ocasión para beberlo? La más dificil. Una comida familiar con comensales reacios a probar vinos internacionales.
Para que no fuesen presa del subconsciente se les sirvió el vino apartados de la mesa y la reacción, al igual que en nuestro comité de cata, fue unánime; aunque sin descriptivos afilados ni palabras técnicas. “Qué bueno, sobrino”, “un espectáculo”, “¿no hay más?”... Todo así.
Al desvelarse la etiqueta la sorpresa fue mayúscula, pero se comprobó que el buen vino del Rhône triunfa en el paladar español, a pesar de tener claras diferencias organolépticas.
Si este nivel de placer se consigue con la entrada de gama, el resto de vinos no hacen más que seguir sublimando todos los sentidos.
La bodega fue fundada por Jean Örens Ferraton en 1946 en el corazón de Tain l’Hermitage. En 1998 convirtieron sus viñedos a biodinámica y lanzaron su colección de Selecciones Parcelarias.