Dominio De ES

El año 2022 vinícola fue muy loco en la Ribera soriana: un tiempo extremadamente caluroso y seco ha dado lugar a una cosecha fresca y liviana que te atrapa. [break]

Esa aparente contradicción ha hecho que Dominio de ES haya conseguido elaborar unos vinazos que pueden presumir de estar a la altura, e incluso superar, a los de la cosecha 2019, que fue increíble. 

Estos tintos maravillosos están llevando a cabo en este momento su crianza en barricas de roble, pero los poquísimos que hemos tenido la suerte de haberlos probado ya, alucinamos con ellos, y más después de saber las dificultades con el tiempo que se han tornado en aliadas de unas cepas que son oro molido. 

Gloria bendita esas vides sorianas del valle de Atauta santificadas por Bertrand Sourdais, ese enólogo genial que ha sabido entender la zona como pocos y que ha revalorizado, junto a pequeños viticultores locales y foráneos, las excelencias del viñedo soriano, el más fresco y dinámico de toda la Ribera del Duero. 

El fuerte calor y la sequía presagiaban que los vinos fueran diferentes a lo que finalmente han sido, más concentrados y potentes, pero no, son una caricia en el paladar y con muchísimos matices que los convierten en tops de España. Se tuvo que adelantar la vendimia 21 días (me da que nos tendremos que ir acostumbrando a eso ante el cambio climático que cada vez es más palpable) y el análisis de las uvas daban grados alcohólicos que oscilaban entre 14 y 14,5% con una baja acidez pero muy buen pH. 

El hecho de que todos los procesos naturales de la vid se adelanten tres semanas no es muy tranquilizador para los viticultores, pero en este caso Sourdais supo capear el temporal con maestría, ayudado por unos suelos y unas vides con unas raíces de filamentos celestiales que hicieron que el fruto obtenido fuera como el maná caído del cielo.

Qué suerte haber probado estos tintos que nos condujeron al nirvana y a la emoción como pocas veces sentimos los hombres y mujeres de Bodeboca con tantas catas ya a nuestras espaldas. Aún sin haber terminado su crianza en madera ya se podían beber con gusto y deleite, puesto que la fluidez, el trago rápido, la fruta y los recuerdos del terruño hacían que cualquiera con un mínimo de sensibilidad tuviera que exclamar un ¡oooh! de admiración a cada acercamiento a la nariz y a cada sorbo. Si ahora están así de buenos, no quiero ni pensar cuando lleguen a tu casa durante el segundo semestre de 2024. En primeur se apuesta por la promesa de poseer algo único y muy valioso con una inversión menor. Si puedes, hazlo, porque pocas cosas están más buenas en esta vida que estas cuatro botellas. Y es que nos pongamos como nos pongamos, sólo se vive una vez.