Domaine Gille

Los ‘Borgoña lovers’ estamos de celebración gracias a Domaine Gille, una bodega familiar que presentamos por primera vez en Venta Privada sabiendo que seducirá a los numerosos fans de esta región que hay entre nuestra comunidad. [break]

Aunque quizás a algunos no os suene demasiado el nombre de esta bodega, el origen de Domaine Gille se remonta nada más y nada menos que al año 1570, cuando ya existen datos de la presencia de los Gille en el pequeño municipio de Comblanchien, lo que la convierte en la familia más antigua de esta localidad. Desde entonces los Gille no han dejado de estar unidos al mundo de la vid, por eso si alguien sabe de vinos borgoñones son ellos.

La historia de este domaine ha pasado por muchas vicisitudes, como es lógico a lo largo de tantos siglos. La finca tal y como existe hoy en día fue construida por Vivant Gille a comienzos del siglo XX, y se encuentra situada en la propia Comblanchien, 5 kilómetros al sur de Nuits-Saint-Georges y 10 al norte de Beaune. 

Sin embargo, fue unos años después, ya en la segunda mitad del siglo XX, cuando los viñedos de esta casa se expandieron a grandes crus de la región como Vosne-Romanée, Pommard, Nuits-Saint-Georges, Chambolle-Musigny y Corton, y todo gracias a Pierre Gille y su esposa Anne-Marie, a quienes sin duda esta bodega debe gran parte de su éxito.

¿Qué hay detrás de la filosofía de los Gille?, ¿qué los diferencia de otros productores? Por un lado hay que destacar su capacidad de transmitir un legado que ha tardado siglos en construirse, enseñando a las nuevas generaciones el valor de las tradiciones y las emociones reveladas por la complejidad del vino, factores que han permanecido en el seno de esta familia durante muchos años. 

Dentro de esta filosofía es primordial el respeto al entorno y la pasión por el viñedo, por eso en Domaine Gille cultivan sus vides —que cuentan mayoritariamente con más de 50 años— de forma sostenible, sin utilizar cobre o azufre durante los diferentes procesos de viticultura, todo con el fin de obtener unos vinos elegantes, complejos, fieles a la expresión de los diferentes climats y con un predominio de la fruta por encima de todo.

Sus blancos y tintos son un homenaje a las dos uvas más representativas de Borgoña: la Pinot noir y la Chardonnay, y también una manera de recorrer sorbo a sorbo los crus más representativos de la zona, algunos de los cuales ostentan la categoría de Premier o Grand Cru. Nosotros tuvimos la oportunidad de probarlos a finales de 2020 y nos encantaron, por eso ahora queremos hacerlos vuestros. 

Desde la frescura de su Nuits-Saints-Georges hasta la buena acidez que presenta su Volnay, pasando por la espectacular nariz que tiene su Vosne-Romanée (con sus notas de frutos frescos y grosellas negras), o Les Renardes, seguramente el vino más complejo de esta lista. Todas son propuestas que enamorarán a los incondicionales de esta región de culto, para quienes Domaine Gille va a ser a partir de ahora una bodega más a tener en cuenta.