Si alguien pensaba que Freixenet es solo el creador de las famosas burbujas que todos los años nos felicitan se equivoca. Con su cava de paraje Can Sala 2007 han conseguido 97 puntos en Decanter. [break]
La faceta menos conocida de Freixenet nos fascina. Es una exclusiva gama de cavas premium con variedades semiolvidadas de la zona como la Trepat, la Monastrell o la Malvasía, pero también con las conocidas Pinot y Chardonnay y las clásicas del Penedès Macabeo, Xarel·lo y Parellada.
La gran preocupación de esta histórica bodega es la elaboración de los mejores productos posibles en cada segmento, especialmente en los más mediáticos y masivos, una evidencia a tenor de la calidad y la regularidad que pueden llegar a entregar. Sin embargo, el nivel de artesanía y complejidad de sus cavas premium es remarcable y sorprendentemente poco explorado. Con esta Venta Privada nos rendimos ante una colección de diversos y originales cavas que nada tienen que ver con el prototipo de espumoso que se le presupone a la zona.
Son tan singulares que solo hay que fijarse en alguna de las uvas que componen sus "assemblages". Atención especial merecen su Trepat y su Reserva dulce de Malvasía por llevarnos a creer que otros cavas son posibles sin que por ello tengamos que hacer un gran desembolso. Can Sala 2007, su cava de Paraje Calificado, ha recibido la medalla de plata en los Decanter World Wine Awards 2018 y nada menos que 97 puntos, por lo que se sitúa como el segundo cava mejor valorado de esta prestigiosa publicación.
Es la botella más personal de esta saga, la que enlaza directamente con los inicios de los Ferrer y en la que el tiempo parece haberse detenido. Se elabora hoy día con una prensa vertical Coquard adquirida en el 1900 y las uvas para su elaboración provienen de las dos parcelas favoritas de Doña Dolores Sala, la misma que tras contraer matrimonio con Pedro Ferrer inició la gran historia de Freixenet.
Freixenet es una de esas casas que no necesita presentación. Su historia se remonta 150 años atrás cuando Casa Sala, su predecesora, comenzaba su andadura.
Esta bodega situada en Sant Quintí de Mediona, en pleno Penedés, y fundada en el siglo XIX fue el punto de partida de Freixenet. Allí se elaboró la primera botella en 1914.