Castro Brey

La singular propuesta de Castro Brey con su Sin Palabras Edición Especial es un regalito para los paladares más curiosos. Te contamos por qué no debes dejar escapar esta oportunidad. [break]

Puede que este sea una de las versiones de albariño más próximas a uno de esos rieslings que nos vuelven locos, con notas de hidrocarburos y toques amielados. El camino hasta llegar a él ha sido un largo proceso iniciado en 2010, tras una añada excelente.

Con aquella fabulosa cosecha se hizo algo en la bodega que no se había hecho antes. Ramón Blanco, actual director general y tercera generación de la familia al frente de Castro Brey, reservó tres mil litros con los que se permitiría experimentar.

Guardó ese vino en un depósito de acero inoxidable y cada nuevo año le fue añadiendo lías finas de los vinos de añada hasta llegar a mayo de 2015. Ramón fue catando atentamente el vino mes tras mes desde aquella cosecha 2010 y fue cinco años después cuando observó que había alcanzado su máximo esplendor.

Ramón en ese momento entendió que había que embotellarlo y mostrarlo al mundo. Hoy, es un albariño especial y único que no solo le emociona a él, sino que ha conquistado a la crítica, que le ha otorgado 91 puntos Parker y 93 Peñín.

Los socios de nuestra comunidad también han avalado este arriesgado experimento que llegó a buen término con una valoración de 4 estrellas sobre 5. Aromas balsámicos se mezclan con notas de hidrocarburo, alcanfor, albaricoque y hierbas aromáticas. Un espectáculo.

Sin Palabras Edición especial 2010 es uno de esos vinos que puedes tomar ya o, mejor aún, guardarlo para descorchar dentro de otros ocho o diez años más si lo conservas bien. Es un vino al que se le augura una capacidad de guarda prodigiosa, como sucede con las grandes añadas de los vinos muy bien elaborados.

Junto a él y en otro registro diferente, te ofrecemos Sin Palabras Castro Valdés 2016, un albariño de añada elaborado a partir de uvas de viñas de más de 50 años, que es todo frescura y mineralidad. 

Basta decir que los albariños de Castro Brey se originan en la Ribera del Ulla, la subzona de Rías Baixas más interior, donde el subsuelo granítico y la superficie de arcilla, cuarzo y hierro aportan un plus de mineralidad a los vinos.