Pocos regresos resultan tan gratificantes para nosotros como el de los vinos del gran Raül Bobet. Y más si viene de la mano de su porfolio completo en el Pirineo ilerdense, que incluye una nueva joya dulce de limitadísima producción. [break]
Esta, de nombre Majjan, se suma, como si de la culminación de un rico festín vinícola se tratara, a las mimadas creaciones de Castell d’Encus forjadas de la tierra, la roca y un pasado tangible, pero también de la investigación, la experimentación y del tiempo que discurre lento pero sin pausa.
Luis Gutiérrez, crítico de The Wine Advocate, describió no hace mucho los vinos de Bobet como “intelectualmente gratificantes, cerebrales y realmente interesantes”. Ambiciosas elaboraciones que, aseguraba, trascienden a su propia denominación de origen, Costers del Segre. Y a buena fe que lo hacen si tenemos en cuenta las excelentes valoraciones que exhiben todos ellos entre los 92+ y los 96 Parker.
Precisamente la más alta puntuación corresponde al nuevo invitado a la mesa: Majjan 2012, una delicia insólita que ejemplifica el gusto de Raül Bobet por explorar los límites e ir un paso más allá.
Estamos ante un auténtico tesoro de solo 400 botellas, mezcla de cosecha tardía de Sémillon y Sauvignon blanc de uvas botritizadas y algunas también congeladas. Su enriquecedor y largo sueño oxidativo de 8 años en barricas de roble nos proporciona un vino sorprendente, de grado contenido y excepcional complejidad, que pese a sus 230 gramos de azúcar por litro, se siente fresco y fácil de beber. Esta es su segunda añada —la primera de poco más de 100 botellas fue la 2008—, y la tercera, 2014, no verá la luz hasta dentro de dos años, por lo que esta es una oportunidad casi única para hacerte con él y poder disfrutarlo.
Además de Majjan, en esta venta encontrarás los blancos Taleia y Taleia Brisat o el espumo ancestral Taïka, también de Sauvignon blanc y Sémillon, junto a los tintos de la casa, como el 100% Petit verdot Saktih,el syrah Thalarn o el blend, dominado por las Cabernet sauvignon y franc, Quest.
Todos ellos, como el resto de las referencias de Bobet, son vinos alejados del exceso de potencia, concentración e intensidad que, a cambio, regalan, a quien tiene la suerte de probarlos, frescura, complejidad, sutileza y finura. Si decides ser uno de los afortunados, no te arrepentirás.
Castell d´Encus tiene su origen en una búsqueda personal de Raúl Bobet para encontrar unos terrenos en los Pirineos catalanes donde el impacto del cambio climático fuera menos acusado.