Se encuentra entre los proyectos mejor puntuados por Parker en el sureste español y los focos parecen mirar cada vez hacia una zona que todavía tiene mucho que decir. Casa Castillo lleva la voz cantante. [break]
Origen, un documental que se estrenará en los próximos días, muestra en sus fotogramas lo mejor de Jumilla. Entre las caras y vinos conocidos no nos sorprendió encontrar a los de Casa Castillo. Tienen uno de los proyectos más prometedores de la zona.
José María Vicente, el alma mater de Casa Castillo, aparece además entre los elegidos en el libro de Luis Gutiérrez "Los nuevos viñadores". Un libro con los proyectos más interesantes del panorama vinícola español para el catador de Parker. Nosotros lo hemos entrevistado para nuestro magazine Vignerons.
Para entender un vino hay que mirar bien de dónde viene. Jumilla es sinónimo de calor y sol inclemente, es la franja mediterránea de interior y con altitud. Los suelos son calizos, con mucha piedra. Unas condiciones que sólo llaman a los valientes porque la mayoría de la gente se fue a los valles donde hay agua, arcilla y arena.
Casa Castillo ocupa todo un paraje en la ladera norte de la Sierra del Molar, el altiplano jumillano, un lugar que podría recordar al sur de Francia, con grandes similitudes en cuanto a suelos y variedades.
La piedra caliza es la tónica del lugar, producto de la degradación de la roca madre de la Sierra del Molar. Pero también abunda otra piedra, la tosca, una arenisca compacta que cuando se degrada se convierte en arena. La diferenciación es precisa porque los vinos de Casa Castillo tienen un “algo especial” que muy posiblemente venga por estos suelos. Un plus de mineralidad que les otorga una personalidad diferenciadora.
La elaboración además acompaña. En Casa Castillo buscan que sean más elegantes, más abiertos de color y más sutiles que lo que entrega la zona. Mediterráneos son, indudablemente, pero con un toque elegante de estilo afrancesado. Una elaboración clásica que no busca sobreextracción ni madera y unos vinos con etiquetas sencillas que enuncian los nombres del lugar, de sus parcelas, sin florituras.
En 1941 don José Sánchez-Cerezo y doña Julia Roch Melgaresadquirieron la finca Casa Castillo para la explotación de romero. En la misma se hallaba enclavada una bodega construida en 1870.