Jumilla se mueve a dos velocidades. La moderna: de viñas en espalderas, regadío y grandes volúmenes. Y la de bodegas como Casa Castillo, un proyecto familiar discreto pero imparable. [break]
Para entender un vino hay que mirar bien de dónde viene. Jumilla es sinónimo de calor y sol inclemente, es la franja mediterránea de interior y con altitud. Los suelos son calizos, con mucha piedra. Unas condiciones que sólo llaman a los valientes porque la mayoría de la gente se fue a los valles donde hay agua, arcilla y arena.
Sin embargo, los que amamos el vino sabemos quede las dificultades salen vinos maravillosos. Las viñas que pasan apuros en muchos casos son las que mejores frutos entregan. Casa Castillo ocupa todo un paraje en la ladera norte de la Sierra del Molar, el altiplano jumillano, un lugar que podría recordar al sur de Francia, con grandes similitudes en cuanto a suelos y variedades.
La piedra caliza es la tónica del lugar, producto de la degradación de la roca madre de la Sierra del Molar. Pero también abunda otra piedra, la tosca, una arenisca compacta que cuando se degrada se convierte en arena. La diferenciación es precisa porque los vinos de Casa Castillo tienen un “algo especial” que muy posiblemente venga por estos suelos. Un plus de mineralidad que les otorga una personalidad diferenciadora.
La elaboración además acompaña. En Casa Castillo buscan que sean más elegantes, más abiertos de color y más sutiles que lo que entrega la zona. Mediterráneos son, indudablemente, pero con un toque elegante de estilo afrancesado. Una elaboración clásica que no busca sobreextracción ni madera y unos vinos con etiquetas sencillas que enuncian los nombres del lugar, de sus parcelas, sin florituras.
Es el motivo por el que tienen el respeto de muchos y poco a poco han posicionado sus vinos entre lo mejor de la zona. Solo hay que echar un vistazo a sus puntuaciones. La velocidad de Casa Castillo es la adecuada, la que entrega unos vinos que merecen aún más reconocimiento.
En 1941 don José Sánchez-Cerezo y doña Julia Roch Melgaresadquirieron la finca Casa Castillo para la explotación de romero. En la misma se hallaba enclavada una bodega construida en 1870.