Bruno Murciano

Bruno Murciano, el que fue el mejor sumiller de España en 2008, nos trae esta trilogía de bobales de tres suelos distintos. Reminiscencias borgoñonas ligadas a una versión elegante de la Bobal. [break]

Jancis Robinson, la prestigiosa crítica de vinos británica, encontró "fascinante" La Malkerida, su Bobal joven. Ahora, Bruno Murciano nos cuenta en primicia su nuevo proyecto, tres vinos con los que recupera un antiguo viñedo y dignifica una uva a menudo injustamente tratada.

Esta trilogía cuenta la historia de su familia y la de su pueblo valenciano, Caudete de las Fuentes, de donde Bruno Murciano salió para convertirse en jefe sumiller del Ritz de Londres. Hasta que en el año 2009 negoció un préstamo con un banco con la idea de adquirir un piso que nunca se llegaría a materializar.

Las circunstancias cambiaron el rumbo de sus planes iniciales e hicieron que destinase ese préstamo a salvar un antiguo viñedo de su pueblo. Cepas viejas, algunas centenarias, que cultivaba un señor mayor, cliente habitual del bar de sus padres. Él fue quien le vendió las 7,5 hectáreas que le aguardarían gratas sorpresas.

Este viñedo siempre estuvo considerado "el Grand Cru" por los habitantes del pueblo. Su propietario fue sumando parcelas vecinas y consiguiendo una calidad que le propició la fama de entregar las mejores uvas a la cooperativa local.  

La primera vendimia de Bruno fue en 2010, en familia y entre amigos, pero tuvieron que pasar tres años más hasta descubrir por qué algunas barricas mostraban un vino aparentemente diferente.

Un estudio geológico del suelo con una calicata de hasta 15 metros de profundidad hizo que se descubriera el misterio de esas barricas especialmente expresivas. "Hablaron por sí mismas", según nos cuenta él mismo. Fueron ellas las que dieron la pista del origen de las uvas. Así fue como se dieron cuenta de que el viñedo tenía un suelo mayoritariamente arcilloso, pero también con zonas de caliza y arena.

De esa pequeña parte más arenosa del viñedo nace La Bruna, el vino nombrado con el apodo por el que la abuela de Bruno era conocida en el pueblo. Y aquí nos cuenta la historia de su familia: "Me llamo Bruno por mi bisabuelo, que a su vez tuvo tres hijas, las brunas. Eran Victoria, Vicenta y Dolores. Esta última era mi abuela, la única que se quedó en el pueblo y la que se encargó de que mi madre me llamase así". 

Un hilo familiar que ha llegado hasta el viñedo del que salen estos vinos, Finca Las Brunas. "Mi abuela tenía mucho carácter, era una de esas mujeres con personalidad", explica Bruno. En su honor, su hermano y compañero de aventuras vinícolas, José Luis, puso el nombre a esta barrica de la que salió este vino -La Bruna-, "una explosión de aromas, intenso y a la vez sutil".

Junto a La Bruna, hemos seleccionado también El Sueño y L'Alegría. Producciones limitadas de vinos artesanos que recuperan un viñedo histórico del pueblo, capaces de contar el anhelo de uno de los mejores sumilleres de España por ensalzar la Bobal, una uva a menudo denostada pero capaz de entregar vinos que seducen al primer trago.