Breca

El proyecto de Jorge Ordóñez en Calatayud suma continuamente nuevos protagonistas, y es que a su 'best seller' Breca se han sumado en los últimos años dos nuevas propuestas: Garnacha de Fuego y Brega. [break]

Estos tres vinos demuestran la capacidad de Ordoñez para elaborar vinos en regiones vinícolas españolas muy dispares entre sí. En este caso, el elaborador malagueño, al que entrevistamos este año en nuestro magazine, potencia las viejas garnachas aragonesas en altura para extraer vinos corpulentos que suelen contar con la aprobación de la crítica.

De todos ellos, Breca es su vino más exitoso. Puede presumir en la mayoría de sus añadas de puntuaciones en torno a los 90 Parker, y lo que es más importante, los consumidores finales suelen refrendarlo con muy buenas valoraciones. Basta echar un vistazo por las opiniones de nuestros socios en las tres añadas presentadas hasta el momento en nuestra web para corroborarlo. 

Garnacha de Fuego es la propuesta más accesible para todos los bolsillos. Su precio está por debajo de 6€, y su gran volumen de ventas lo avala, ya que es uno de esos vinos que acompaña perfectamente un picoteo o una cena informal entre amigos mientras las botellas se acaban a un ritmo mayor del esperado.

Y para los que quieran descubrir la versión más top de este proyecto, nada como Brega, un vino de producción limitada del que apenas se etiquetan 6.000 botellas por añada. Se trata de un tinto concebido para ocasiones especiales, pensado para ser disfrutado en cada sorbo, sin prisas. Procede de parcelas seleccionadas que son vendimiadas intencionadamente de forma atrasada, casi con las primeras nieves. Nosotros lo catamos hace unos meses en nuestras oficinas, y os aseguramos que el salto de precio está francamente justificado.

Con estos tres vinos, este famoso distribuidor y elaborador malagueño afianza su apuesta por regiones vinícolas alejadas de las más conocidas por el gran público. Denominaciones, que en el caso de Calatayud, no son fáciles de trabajar debido al clima extremo que las domina, con duros inviernos, fuertes oscilaciones térmicas y veranos muy calurosos y secos. Y es que nadie dijo que fuera fácil hacer buen vino aquí.