Blanche Hermine

Queremos compartir contigo nuestro último hallazgo vinícola. Dos burdeos que nos han emocionado y por los que hemos sentido un auténtico flechazo. Por eso te los traemos en exclusiva para España. [break]

Hace poco tuvimos la ocasión de probar Blanche Hermine 2015, un Saint-Émilion Grand Cru del que se elaboran solamente unas 4.000 botellas al año. Ya sabes que en Saint-Émilion los viñedos se clasifican entre Saint-Émilion “sin más” y Saint-Émilion “Grand Cru”. Es una clasificación que se otorga al viñedo, no a la marca (como ocurre en el caso de los “Grands Crus classés” del Médoc), lo que garantiza que la uva procede de las mejores parcelas de esta mítica denominación.

En boca, Blanche Hermine 2015, el grand vin del dominio, destaca por su frutosidad y frescura. El paso en boca es sedoso y aterciopelado con un largo posgusto. 2015 es una de las mejores añadas de la última década en Burdeos y, como todos los grandes vinos, este ha sabido sacarle el máximo partido. Es un tinto que puede perfectamente aguantar 10 años más.

Petite Hermine 2014, el segundo vino del dominio, está en un momento óptimo. Puedes descorcharlo sin remordimientos porque está perfecto para beber. Tal vez no tiene la complejidad de su hermano mayor pero comparte con él la misma elegancia.

Este château es una pequeña joya desconocida que no tiene nada que envidiar a sus prestigiosos vecinos y encima tiene un precio que aún es asequible. Y más todavía con el detalle que nos ha hecho Christophe Le Bail, el coautor de estos vinos, quien ha permitido que los socios de Bodeboca podáis beneficiaros de un precio inferior al de bodega al tratarse de su primera presentación en el mercado español.

Solo disponemos de 90 botellas de Blanche Hermine 2015 y de 300 de Petite Hermine 2014. Como entenderás, con una producción de 4.000 botellas, conseguir más era complicado.