Barbadillo

Es una de las fiestas más genuinas de nuestro país. En sintonía con la alegría que embriaga ahora cualquier rincón de Cádiz, qué mejor vino para festejarla que los de Barbadillo. [break]

El arte que tiene un palo cortado, una manzanilla pasada como Pastora o un amontillado como Príncipe de Barbadillo no se puede aguantar. Pero de todos los singulares vinos que podamos destacar de esta bodega mítica, hay que atenerse a la tradición que mandan los festejos: todos los locales y los que alguna vez han vivido un carnaval, saben que en estas fechas se pide a gritos un cream.

O lo que es lo mismo, el oloroso dulce que se sirve sin medida en los “baches” gaditanos entre tertulia y comparsa y tapas de chacinas. Para el que no conozca este término se debe saber que “el bache” es el equivalente al tabanco jerezano, una mezcla entre taberna y el tradicional despacho de vinos a granel.

Vivir el duende del carnaval de Cadiz supone por tanto tomarse un cream y entre los embotellados Barbadillo tiene en Eva Cream a su mejor embajadora. Surge de la fusión del oloroso con Pedro Ximénez y tiene posiblemente lo mejor de ambos mundos. Un punto complejo que se agradece en febrero, cuando todavía el tiempo no acompaña para acudir a versiones más refrescantes de la Palomino y la dulzura del Pedro Ximénez que invita a un trago tras otro, con desmesurada alegría. No es de extrañar, por tanto, que sea el cream la bebida más consumida de los carnavales gaditanos.

El momento es propicio para probar Eva Cream y aunque no estemos físicamente en Cadiz por carnavales, estaréis con nosotros en que es una muy buena excusa para dejarse llevar por su magia, aunque sea en casa y a distancia. Con Eva Cream para empezar pero también con los maravillosos vinos de crianza biológica y oxidativa que acompañan a Eva en esta Venta Privada. Una vez entrado en materia hay que profundizar.