Chris Camarda es un enólogo que escapa de lo convencional. El fundador de este proyecto boutique vive y tiene su bodega en la excéntrica Isla de Vashon, un refugio hippie a 22 minutos de Seattle al que solo se puede llegar en ferry. [break]
Su casa, al lado de la bodega, se visualiza desde el exterior como una especie de granero de metal con ventanas. En su interior se mezclan arte, productos de huerta y unos vinos que siguen la misma filosofía poco convencional de su autor y que se diferencian de cualquier otro que podamos encontrar en el segundo estado vinícola más importante de Estados Unidos.
Cuando hablamos de Washington es fácil pensar en el hogar del mediático presidente de Estados Unidos y no, nada más lejos. La zona vinícola hace referencia al Estado de Washington, la región del pacífico noroeste, justo debajo de Canadá o justo encima de Oregón, como se prefiera situar en el mapa.
Una zona que destaca por algunos sorprendentes datos. Tiene un clima árido semidesértico, en una latitud a medio camino entre la de Borgoña y Burdeos,
con días cálidos (en el periodo estival llegan a tener 17 horas de sol al día) y frías noches propias del desierto.
Los mejores productores compran las uvas por hectáreas y no por kilos de peso y gestionan sus propias vides en colaboración estrecha con el viticultor. En el caso de Chris Camarda, hay un claro sentido de lugar en todos sus vinos y es que cada botella lleva el nombre del viñedo del que proceden las uvas.
Los viñedos Champoux Vineyard, Two Blondes y Ciel du Cheval están en las zonas más reputadas del estado de Washington, esto es, Horse Heaven Hills, Yakima Valley y Red Mountain, respectivamente. Aunque no os quedéis con todos los nombres, debéis saber que sus vinos vienen de los pagos más antiguos y más prestigiosos de este estado, y además, no mezcla. ¿Os suena?
No es descabellado por tanto definirlos como Nuevo Mundo en su generosa fruta, pero definitivamente son más bien Viejo Mundo en términos de su estructura, sus taninos y su sentido del lugar. Chris prefiere los coupages a los monovarietales porque ha llegado a la conclusión de que transmiten mejor el terroir y busca deliberadamente que sus vinos sean oscuros y misteriosos. Con la variedad Cabernet franc, de la que es un gran admirador, ocurre como cuando Jack Nicholson - en la escena de Mejor Imposible - se confiesa con Helen Hunt y le suelta: tú me haces querer ser un mejor hombre. Hace que el Merlot sea un mejor Merlot y que el Cabernet sauvignon sea un mejor Cabernet.
Sus vinos, con altas puntuaciones, se agotan siempre por sus pequeñas y controladas producciones. Dificilmente se encuentran en España y cuando lo hacen vuelan a través de cupos exclusivos. Además, a medida que envejecen ganan en profundidad y complejidad, son en definitiva vinos para mirar Estados Unidos con otros ojos.
Proyecto boutique que se inicia en 1989, al estilo de las bodegas de garaje. Una pequeña estructura con techo en la que estuvieron durante 5 vendimias.
De lunes a jueves de 09:30 a 18:30 y viernes de 09:30 a 15:30 (excepto festivos)
General: 91 198 12 37
Lu/Ju 09:30 a 18:30
Vi 09:30 a 15:30.
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