Alfredo Arribas

El elaborador catalán es uno de los creadores de vino más destacados en estas dos zonas pegadas la una a la otra. En esta ocasión, nos centramos en sus gamas Trossos y Gotes. [break]

Este referente de la enología y de la viticultura en Cataluña nos acerca unos vinos elaborados siguiendo los parámetros de la agricultura biodinámica, en los que las grandes protagonistas son las variedades autóctonas que los conforman. 

Garnacha, Cariñena y Garnacha blanca son las ramas de las que cuelgan estos seis vinos plenos de personalidad y raigambre en la zona. Priorat y Montsant, tierras vecinas que comparten la misma comarca, la del Priorat, y que se refugian tras la sierra de Montsant, son tremendamente conocidas por sus tintos pero muy poco por sus blancos, razón de más para probar los de Arribas. 

Estos vinos de Garnacha blanca son excepcionales, plenos de frescura y de matices de frutas blancas, y que guardados unos añitos ganarán muchos enteros, aunque ahora estén estupendos. Tanto Trossos Sants (Montsant) como Gotes Blanques (Priorat) tienen por bandera la frescura y viveza de la Garnacha blanca, pero el último, además, nos sorprende aún más al contener Garnacha gris en su coupage. 

Los otros vinos son unos tintos extraordinarios: varietales, pegados a la zona en la que nacieron y auténticos. Los de Priorat con un punto más potente y profundo, con unas notas minerales herederas de unos suelos de pizarra (llicorella) que los marcan de por vida; y los de Montsant con un punto más fresco y terroso debido a los terrenos arcillosos en los que crecen las cepas. Pero los cuatro tienen un mínimo común denominador de aromas de frutas rojas y de flores moradas cuyo perfume no nos abandona durante un buen rato. 

Ha llegado el otoño y es en este momento del año en el que probablemente mejor se expresen estos vinos, que junto a unas buenas carnes, guisos y quesos, nos harán pasar estos días con menos horas de luz muy bien iluminados. Que los disfrutes.