Pla de Bages es una de las denominaciones más pequeñas entre las catalanas y posiblemente una de las menos conocidas. Aún así, situarla en el mapa no es difícil, está en pleno corazón de Cataluña. [break]
Actualmente bajo la denominación se aglutinan cerca de 600 hectáreas de viñedos pero durante una época anterior a la filoxera llegó a contar con unas treinta mil hectáreas de viñedo y una gran actividad económica derivada de su cercanía con Francia. La aparición de la industria textil a principios del siglo XX hizo que se abandonara casi por completo la actividad vinícola, llegando a quedar tan sólo 200 hectáreas.
Una situación que cambia en los años 80 gracias a la iniciativa de una familia, los Roqueta. Viticultores y negociantes de vino, formados en Francia, que dedicaron parte importante de sus esfuerzos a dignificar desde el punto de vista cualitativo su zona de origen. Y así han ido creciendo, posicionándose como una zona de alta calidad sin perder las dimensiones y peculiaridades de una denominación pequeña. La misma familia Roqueta que en 1983 fundó Bodegas Abadal en Santa Maria d’Horta d’Avinyó.
Pudiera desde fuera parecer que por su localización y cercanía al mar, Pla de Bages es sinónimo de vinos mediterráneos pero no. Casi a la misma distancia del mar están cerca también del Pre Pirineo, por lo que acusan una influencia importante de un clima continental de montaña media, con vientos muy fríos y contrastes térmicos muy marcados. Este dato es interesante porque les permite tener maduraciones más pausadas y alargar las vendimias. Un factor muy a tener en cuenta en la calidad final de la uva recogida.
Otra de sus peculiaridades la encontramos en los suelos. Marcados por la presencia de arcilla roja, con una carga importante de hierro, aporta en la estructura de los vinos potencia y color. Es una zona además de producciones bajas porque las raíces trabajan ahogadas y el viñedo vive prácticamente estresado. Puede parecer un entorno duro pero es en esas condiciones cuando la planta entrega su mejor cara.
A la climatología y suelos se añade un tercer factor de diferenciación. A medida que las parcelas de viñedo han ido extendiéndose, el bosque que las rodea se encuentra cada vez más presente en su entorno y esto tiene unos efectos muy evidentes en sus vinos. Las sensaciones balsámicas, el frescor, y unas notas que en los blancos se interpretan como recuerdos de hinojo y lavanda, y en los tintos con el tomillo y el romero. Aromas que esperamos podáis descubrir en los cuatro vinos que hemos seleccionado para la - hasta ahora - única Venta Privada dedicada a esta interesante zona.
Abadal fue fundada en 1983 por Valentí Roqueta en Santa Maria d’Horta d’Avinyó, en terrenos próximos a la casa familiar, la masía Roqueta, que tiene más de