La Catedral de Navarra es una de las conserveras con mayor popularidad en territorio nacional. Sus tarros de vegetales y platos preparados son habituales en las vitrinas de las mejores tiendas gourmet.[break]
La historia de la conservera se remonta a la época de la posguerra, cuando Petra López, abuela del actual propietario, creó su propio negocio de sellado de botes. De esta forma los habitantes de Mendavia y de la ribera navarra podían subsistir en época de necesidad con los magníficos productos que les entregaba su tierra.
A mediados de los años cuarenta, Petra y su familia ya vendían alcachofas, tomates, espárragos blandos, pimientos y puerros. Hoy continúan con la tradición familiar y elaboran todo un surtido de productos ideales como fondo de armario.
La principal obsesión de La Catedral de Navarra se centra en la calidad de la materia prima. Desde la conservera se atiende sobremanera a la temporalidad de los vegetales con los que elaboran sus productos para conseguir que el resultado sea de una calidad excelsa.
Para surtirse de la mejor materia prima, La Catedral de Navarra se hace con productos con Indicación Geográfica Protegida como son los Piquillos de Lodosa, los Espárragos de Navarra o las Alcachofas de Tudela, entre otros.
Así, siendo meticulosos en la selección, la elaboración y el envasado, La Catedral de Navarra se ha abierto un hueco en el olimpo de las conservas vegetales y promete seguir siendo uno de los proyectos con más renombre dentro del panorama gastronómico.