Si quieres beber como un príncipe, calidad y placer se dan la mano en estos cuatro cognacs de Courvoisier. Y ahora, otro gusto más: hasta un 20% de descuento. [break]
El cognac es vino blanco que se ha destilado dos veces en alambiques de cobre y después se añeja en barriles de roble del tipo Charentais. El mínimo de envejecimiento es de dos años. Para que lo sepas, todos los cognacs de esta fastuosa destilería cuentan con más años de envejecimiento.
Courvoisier ofrece una gama de cognacs capaces de hacerte pasar por el cielo sin necesidad de morirte o de ser astronauta o piloto de caza. Son algunos de los cognac más reconocidos en el mercado, aptos para sibaritas y gente sensible como tú.
A Courvoisier le tenemos mucho cariño en Bodeboca, no solo por habernos hecho pasar algunos de los momentos más placenteros que se pueden dar en esta vida, sino también porque fue la primera Venta Privada de destilados que hicimos. Parece que fue ayer.
El cognac debe su nombre a la región de Cognac que se localiza al suroeste de Francia. Para que se le pueda otorgar la categoría de cognac las uvas deben provenir de los seis grandes crus de la zona, siendo los mejores Grande Champagne y Petite Champagne, cuyos suelos únicos son calcáreos. Ah, y por si alguien se lo pregunta, nada tienen que ver con Champagne, región al norte del país galo cuna del espumoso.
El cognac de categoría superior se clasifica según la legislación francesa en VS, aquellos que tienen un envejecimiento en madera de al menos 30 meses; los VSOP, con un mínimo de 48 meses; los Napoléon XO con un mínimo de 72 meses y, finalmente, los XO con al menos 120 meses de envejecimiento.
Llama la atención el porqué se denomina como Napoléon a un tipo de cognac. La razón es porque el emperador de origen corso, además de ser un gran aficionado al cognac, impulsó a Francia a la mayor extensión territorial de toda su historia y esa grandeza la quiso para sí el universo de este destilado, que al bautizar con el nombre del caudillo francés a un tipo de cognac viejo, quería reflejar el prestigio y la grandeur francesa.
Los que hemos probado estos excepcionales cognacs podemos decir que es una experiencia única que consigue emocionar a todo el que los prueba. Tienen tanta finura y matices que uno se queda absorto durante horas en el recuerdo y en la contemplación sensorial. Son una caricia para el paladar y una orgía de aromas. Son el “agua de vida” de los hedonistas.
Un buen cognac siempre es símbolo de distinción y de saber estar. Un Courvoisier, además, es como hacer el amor con los sentidos, y eso, amigos, no tiene precio.
Courvoisier es una de las míticas casas de cognac de Francia seguida por multitud de aficionados. La mítica destilería continúa cosechando éxitos hoy en día, casi 200 años después de su fundación.
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