Es un honor contar un año más con la posibilidad de comprar en primeur cualquiera de los vinos parcelarios de Michel Chapoutier, uno de los grandes nombres de la enología francesa. [break]
Estas joyas de la añada 2021, que actualmente se encuentran en fase de maduración, no verán la luz hasta la primavera de 2024, pero mientras llega ese momento te vamos a dar algunas pinceladas sobre sus características en cada una de sus zonas de origen a fin de predecir el resultado que podremos disfrutar en el futuro.
Hablar de Chapoutier es sin duda hablar del Ródano, especialmente de Ermitage y Châteauneuf-du-Pape, de donde proceden sus vinos más icónicos y exclusivos. Aquí se ha vuelto a una añada de perfil clásico después de cinco cosechas seguidas de calor extremo. Esto no quita que no haya estado exenta de desafíos para su equipo al tener que hacer frente a lluvias y heladas durante la primavera. Este frente frío originó la espectacular estampa de las antorchas iluminando las vertiginosas colinas de la zona norte de la región para combatir las heladas nocturnas.
En cuanto a las catas que se han realizado en bodega, se comprueba la soberbia tensión de la cosecha. Destaca el equilibrio y la mineralidad de los blancos junto con la elegancia del Syrah, que entrega una gran complejidad aromática marcada por las notas de pimienta junto con una textura sedosa y delicada.
En el Rosellón, la 2021 experimentó una maduración más tardía, sin excesivo calor pero con escasas precipitaciones, lo que ha proporcionado una añada agradable en relación a los taninos y la presencia de notas frutales y minerales gracias a las prácticas biodinámicas llevadas a cabo.
Este año también repiten los sensacionales vinos australianos que elabora Chapoutier en las antípodas. Cuatro tintos de Shiraz marcados por las temperaturas frescas y las lluvias estivales tras años de sequía e incendios, devolviendo al terruño toda su finura. Contarán con un buen equilibrio entre madurez, taninos, acidez y alcohol.
Para cerrar esta fiesta lo hacemos por todo lo alto con los rieslings que Chapoutier elabora en Alsacia, región que contó con una añada desafiante y atípica. El invierno fue severo y lleno de nieves, seguido de una primavera más fría y lluviosa de lo habitual. Gracias a un buen final de cosecha, se propiciaron unas condiciones óptimas e inesperadas (por suerte) para la maduraciónde la Riesling. Las catas han mostado creaciones llenas de precisión, con una agradable acidez y una mineralidad marcada, sello de identidad de Schieferkopf.