Bordelés de origen y berciano de corazón, Grégory Pérez pertenece a nueva generación de elaboradores que priman el terruño por encima de todo. [break]
Diplomado por la Escuela de Enología y Viticultura de Burdeos de Blanquefort en 1998, Gregory Pérez comienza su carrera profesional nada menos que en Château Grand-Puy-Lacoste y especialmente en Château Cos d'Estournel entre 1997 y 2000. Tras sus primeros pasos en Francia, sus raíces familiares -y el empujón de algún amigo- lo trajeron a España y en concreto al Bierzo. Después de trabajar en Luna Beberide y posteriormente en Paixar junto a Eduardo García, Gregory emprende su camino en solitario con Mengoba.
Un proyecto en el que dedica toda su energía y que comparte con sus compañeros de generación una filosofía que busca el respeto y la sostenibilidad de la viña. Unos principios que están logrando sacar a la luz vinos más naturales y con la personalidad de cada “terroir”.
Las viñas se encuentran en la localidad de Espanillo, en la comarca del Bierzo, en la cabecera del río Cúa. Están situadas en laderas de pronunciadas pendientes a más de 600 m de altitud, orientadas al mediodía y ventiladas por constantes corrientes de aire. El suelo está compuesto de una mezcla de arcillas y pizarra descompuesta, dentro de un entorno boscoso y de gran diversidad natural.
La bodega se encuentra ubicada en San Juan de Carracedo, a una escasa distancia del bello e histórico Monasterio de Carracedo, uno de los más importantes del Bierzo y del Camino de Santiago. Cuenta con varios depósitos de diversas capacidades de acero inoxidable, además de fudres y barricas de roble francés para la fermentación y maduración de sus vinos.