Kruger Rumpf

Sus viñas se encuentran en Münster-Sarmsheim, un pequeño pueblo al oeste del río Nahe en el área más septentrional de la región. En esta zona el Nahe se encuentra con el Rin y se dan unas condiciones climáticas ideales.

Aunque esta familia lleva más de tres siglos dedicados al cultivo de la vid, durante muchos años vendieron sus uvas a bodegas más grandes y a cooperativas. Esto cambió con la llegada de Stefan Rumpf. Movido por una gran fe en la singularidad de sus parcelas, Stefan decidió empezar a quedarse con la mayoría de su producción y crear su propia colección a partir del año 1984.

Desde entonces, han pasado cuatro décadas y los vinos de Kruger Rumpf han conseguido el reconocimiento que merecen gracias a su empeño por reflejar el carácter de cada terruño y a su apuesta por la calidad. Hoy son los hijos de Stefan, Georg y Philipp, los que siguen los pasos de su padre y cada añada dan vida a perlas que seducen a los amantes del vino alemán.

Además de contar con unas condiciones climáticas idóneas para las variedades más clásicas de la zona como la Riesling, esta casa cuenta con algunos de los terruños más excepcionales de la región. Sus mejores viñas se encuentran en terrazas con orientación sur y con suelos de pizarra que aportan verticalidad y mineralidad.

No obstante, las joyas de la corona son la cuna de sus Grosses Gewächs (categoría que designa a la mejor selección de vinos secos de pagos históricos alemanes), pequeñas parcelas con suelo de cuarcita y arenas rojas que dan vida a referencias poderosas y, a la vez, de una extrema finura.